La banda platense Mambos ofreció un recital en el Centro Cultural Los Lobos, en Tolosa, donde también tocó como invitada la banda Bocha de Rock. Fue un show intenso, en un ambiente bien rockero.
La noche se antojaba amistosa cuando sonaron los primeros acordes en el Club de Motoqueros Los Lobos, en Tolosa, donde más de ciento cuarenta personas se acercaron para una velada a puro rock organizada por la banda platense Mambos.
El gran y oscuro quincho se pobló poco a poco desde las nueve. La previa fue ambientada con un compilado de rock, que abarcó desde Sumo hasta los Rolling Stones. Dos estatuas hechas de motopartes recibían a los asistentes. A la derecha del salón, sobre una larga barra decorada con carteles de ruta y motocicletas colgando del techo, se amontonaban para comprar cerveza y sándwiches de carne que se cocía a fuego lento en la parrilla. La bondiola, tierna y cocida en su punto justo, fue la estrella culinaria de la noche. Así se llenaron las mesas, hechas de tachos de aceite y señales de tránsito, con banquetas de hierro y carteles de ruta.
Cerca de las once se corrió el telón del escenario y apareció Bocha de Rock con su versión de L.A. Woman (The Doors). La banda de Lanús, liderada por Adrián Aranda -guitarra y voz- y compuesta por Marcelo Agostinelli -guitarra y voz-, Mario Lucero -bajo- y "Gonzo" Saavedra -batería-, tocó durante más de una hora con covers entre los que se destacó una gran interpretación de La Grange (ZZ Top), y temas propios como Ser Natural y Borrachita.
—¡Buenas noches amigos, ellos son el rock y yo soy la bocha! —saludó Agostinelli al público mientras levantaba su gorra, exhibiendo su cabeza rapada. Entre risas y cerveza, la banda del conurbano oeste causó una buena impresión en el público que los despidió con aplausos. De esta forma, Bocha de Rock dejó listo el escenario para el plato fuerte.
Apenas pasada la medianoche, una zapada fue la introducción de Mambos, que se transformó en Lluvia contra el Viento entre el agite del público desde las mesas. Los nervios de la presentación se notaron en los primeros temas, pero se disiparon después de un par de rolas y la ronda de cervezas en cada intervalo.
—Hay una pregunta que tenemos que hacer y es ¿Dónde está Santiago Maldonado? y me parece que hay que hacerla porque es algo triste que haya un desaparecido en democracia —la voz del cantante, Rodrigo Cabrera, aprovechó una pausa para adherir a la búsqueda de Santiago Maldonado. Horas atrás, aproximadamente doscientas cincuenta mil personas marchaban a Plaza de Mayo con la misma pregunta. El rock no es ajeno a los conflictos sociales. A juzgar por los aplausos de aprobación, sus seguidores tampoco.
En Los Lobos, que parece sacado de Mad Max, se respiraba rockandroll. Un potente equipo de sonido y un completo show de luces, con máquina de humo incluida, garantizaron un espectáculo de calidad equivalente a festivales de mayor renombre. A tal punto que la Gibson SG del guitarrista David Tambussi parecía tener luz propia cuando reflejaba los destellos multicolor de los tachos LED.
—¡El Lujo Violento! —se escuchaba gritar en distintos rincones luego de cada tema. El hit de la banda se hizo esperar, pero levantó a todos cuando sonó el riff de la intro. Fue el décimo tema de un recital donde tocaron doce, entre ellos las versiones de Yo Caníbal (Los Redondos) y Plan B (Massacre). Luego de cerrar con Winchester, una nube de humo evaporó en el saludo a Mambos. La sangre en las manos del baterista Facundo Palacios denunciaba la intensidad del show.
Un rato más tarde, ambas bandas regresaron juntas al escenario para saludar al público y sacarse una foto grupal. Después, en el vestuario, intercambiaron saludos, abrazos y un brindis de satisfacción. Así terminó un recital potente y entretenido, en un ambiente amistoso que agradeció la música.
Rock'n'roll will never die
La Plata es una ciudad icónica para el Rock Argentino. Además del fenómeno de Los Redonditos de Ricota, que se gestó entre las diagonales, hay cientos de bandas que se forman o trascienden en los bares y centros culturales de la capital bonaerense. Guasones, El Mató a Un Policía Motorizado, Peligrosos Gorriones, Virus y Estelares son quizás las más conocidas.
Son en su mayoría jóvenes que llegan a estudiar desde el interior y la ciudad los junta. Pegan onda, prueban un ensayo y ¿por qué no? consiguen una fecha en algún festival cultural. Otros que ya son platenses, recorren un camino parecido.
Así empezó Mambos, que nació en La Plata pero sus raíces son de Esquel, una ciudad en el sur del país. Este fue su tercer recital, y el primero organizado por ellos. Desde el under platense, los jóvenes buscan financiar su primer CD, que incluirá sus diez temas que sonaron en el show. La banda está conformada por los hermanos Rodrigo Cabrera -voz y guitarra- y Facundo Palacios -batería-, David Tambussi -guitarra y coros- y Juane Zurita -bajo-, el miembro más reciente.
David, además de ser el guitarrista, es el que mezcla y produce las canciones. Con mucho esfuerzo, como toda banda de garage, ya tienen dos samples: El Lujo Violento, su gran hit, y Mercurio. Las composiciones de Rodrigo Cabrera comienzan por la música, que nace en los ensayos y sale de la influencia de un enorme abanico de bandas nacionales e internacionales. Después se incorpora la letra, con temáticas que giran en torno a las mujeres, los amores y desamores, la amistad y las problemáticas sociales. Ella sin ayuda, por ejemplo, es el reflejo de lo que sucede con las mujeres víctimas de la violencia de género, en el contexto actual donde existe plena visibilización del tema y lucha bajo el lema #NiUnaMenos.
Con este show, el grupo demostró que está consolidado -hasta hace poco le faltaba un bajista-, y que tiene futuro en el ambiente del rock platense. ¿Se vendrá el CD? Lo estaremos esperando.
Sencillo "El Lujo Violento" versión demo de Estudio - Mambos.
