A ver, gritalo...
-¡Gol!
-No, así no se grita papá ¿cómo lo
vas a gritar así, tan como si nada?
-...
-¿Así gritan los goles allá,
ustedes?
-Sí
-¿Todos?
-La mayoría
-A ver, probá de nuevo... ¡pero con
ganas, eh!
-¡Gool!
-No papá, ni entusiasmo le ponés.
Mirá, te voy a mostrar cómo se grita ¡GOOOL! ¿ves? Así, con
ganas, con pasión, con el corazón...
-...
-A ver dale, probá de nuevo
-¡GOL!
-Va queriendo, va queriendo. Pero le
falta muchísimo, eh.
-...
-¿Sabes que pasa? Que no les importa a
ustedes, les da lo mismo. Gritan un gol como se tiran un pedo... así,
puf, fue, listo, pasó, y a otra cosa.
-¡Gool!
-No, malísimo
-¡GOL!
-Otra vez lo mismo. Encima ni te movés,
te quedás duro, rígido. En serio parece que te estuvieras por tirar
un pedo, eh. Así grito los goles yo en la PlayStation, cuando voy
perdiendo 3 a 0 y descuento, porque estoy jugando con amigos. Pero
los de mi equipo no, eh, esos se gritan con ganas
-A ver, mostrame de nuevo, ¡por favor!
-¡GOOOOOOL! ¿ves? Pero te tenés que
poner loco, sino no vale eh. Tenés que abrir bien grande la boca y
más que gritarlo rugirlo, que sepan que metiste el gol, que ahora
van perdiendo y que encima se van a comer ocho más porque yo soy más
poronga; o que te lo empaté y ahora te lo voy a dar vuelta, o en
todo caso que voy perdiendo pero te desconté, te lo voy a empatar y
después te lo voy a dar vuelta y te vas a ir llorando a tu casa.
Tenés que hacerte respetar
-¡GOOL!
-Un poco mejor, pero le falta
muchísimo. Decime una cosa, ¿vos amás a tu club?
-¿Amar a mi club?
-Sí, amar a tu club. ¿A quién querés
más? Por ejemplo, ¿a tu novia o a tu club?
-A mi novia, claro
-¡No! ¿ves? ¡no! ¿cómo vas a poner
una mina por arriba de tu club? Solamente a la vieja, esa si, pero
nadie más. Y la esposa si van no sé... diez años de casados,
mínimo. Pero sólo si entiende que cuando juega tu equipo es
sagrado, como ir a la iglesia. ¿Sos católico vos?
-Protestante
-Bueno es lo mismo, son todos iguales.
La cosa es que vas los domingos a la iglesia ¿no?
-Sí
-¿Todos?
-Sí
-Bueno, hacé de cuenta que en vez de a
la iglesia es ir a la cancha. O verlo por la tele si juega de
visitante, porque ahora no dejan ir de visitante, sino también se
iba uno los domingos a otro lado a verlo. La cuestión es que tu
mujer tiene que saber que cuando juega tu equipo es como ir a la
cancha, sagrado
-¿Tanto?
-Sí
-¿Y si es alguna ocasión especial?
-No importa, son dos horas como mucho.
El día tiene veinticuatro, por lo tanto quedan veintidos disponibles
para ella
-¿Y si te pide salir de tu casa?
-Lo escuchás por la radio, lo ves en
otra televisión, yo que sé. Pero partido que se juega, partido que
se ve. Así sea un amistoso contra Deportivo Tachito, no importa.
-¿Tanto?
-Y decime vos, ¿para qué corno sos
hincha si no lo vas a seguir a todas partes? Es un amor esto, una
cuestión de amor. Se ama a muerte o no se ama, como la mujer. Porque
sino decime sino ¿qué pasa cuando a su amor le va mal? ¿cuando tu
señora tiene un problema de salud, o cuando tu equipo cae en la
desgracia del descenso? Si uno no ama a muerte va a dejar a la mujer
tirada y se va a hacer de otro equipo que ande mejor. Pero no, el
hincha no hace eso. Y el esposo tampoco
-...
-...
-Quiero intentarlo de nuevo
-Dale, a ver... capaz entendiste algo y
te sale mejor
-¡GOOL!
-...
-...
-¿Así amas a tu mujer vos? ¡pobre
mina!
-¿Tan mal estuve?
-¿Mal? ¡un desastre! De-sas-tre. Yo
la verdad no puedo entender, ¿tan difícil puede ser?
-Es que allá no te dejan gritar tan
fuerte, sólo en el estadio
-¿Cómo que no te dejan gritar tan
fuerte? ¡Dale, no me tomés el pelo!, ¿querés?
-¡En serio! Si gritás muy fuerte
puede venir la policía, por disturbios y ruidos molestos
-Claro, y si pisás un clavo puteás
bajito ¡dejate de joder! ¡no pongas excusas y gritá!
-¡GOOOOOOOOOL!
-¡Ahí va! ¡Muy bien! ¡Pero por fin,
carajo! Un grito como la gente, che. Bueno, ahí lo tenés. Ahora
falta ponerse un poco más loco, porque estás muy duro, muy rígido.
-¿Cómo es loco?
-Loco, revolear los brazos para todos
lados, saltar, correr, levantar los brazos y agitarlos. No sé, según
la situación y el lugar uno reacciona diferente, pero hay que
ponerse loco, sino no sirve tampoco.
-¡gooooooooool!
-No, pará, pará. Tampoco des esos
saltitos estúpidos que parecés alguien con problemitas mentales. Es
en realidad una mezcla de alegría, pasión y grito de guerra; no sé
si me explico...
-¿Cómo? No entiendo
-Y sí, pasa que depende. Porque uno no
grita todos los goles iguales, son emociones también... pero ahora
estás aprendiendo el grito básico recién. Lo otro es más
avanzado, te falta mucho para eso. Primero tenés que hacer el grito
clásico, el de pasión. Ese que te dije antes
-¿Cuál?
-¡El que te dije antes! Que es un
rugido casi, para que sepan que vas a ganar vos.
-¡Ah! Ese...
-Sí, ese. Vos recién hiciste
cualquier cosa, parecías un tontito, en serio. Tenés que parecer
más una especie de monstruo, de bestia, que te va a hacer ocho goles
más.
-¿Pruebo?
-A ver... dale
-¡GOOL!
-No, todo mal otra vez. Para qué me
gasto yo... ¿será posible? ¿Sabés qué pibe?, mejor vamos a la
cancha otro día y te explico mejor, porque así no va. La verdad es
que ustedes, los yanquis, son unos pechofríos bárbaros. ¡Chau
pibe, chau! Nos vemos otro día, y te muestro un poquito lo que es
tener pasión, sangre... ¡chau querido, chau! ¿será posible che?