31 agosto 2017

VAR: ¿HERRAMIENTA O PROBLEMA PARA LOS ÁRBITROS?

Por "El Quinto Árbitro"


El modernismo y las nuevas tecnologías llegaron al fútbol y la FIFA ya busca mil maneras para que no se torne en algo tedioso y que demore el juego. Por ahora, el objetivo del VAR no es el esperado.





Ser árbitro hoy en día es un acto de entereza, pues parece una tarea heroica el mantener la compostura ante mil insultos que bajan de las tribunas y tener que decidir condicionado ante esa presión en una fracción de segundo. Si bien no pondré bajo la lupa el rendimiento arbitral de estos últimos 5 o 10 años de fútbol, está claro que la puntillosidad es cada vez más necesaria, y los jueces necesitan la ayuda de la tecnología para poder corregir el rumbo en un deporte que cada vez adquiere mayor cantidad de mañas.

Como cada vez que hay pedidos y estos se vuelven un factor mundialmente solicitados, la FIFA diseñó una mejora para que el rendimiento de los colegiados sea óptimo. Mejor aún, para asistirlos en las disyuntivas de jugadas claves. No es la primera vez que sucede: lo mismo ocurrió con la implementación del intercomunicador, de los sensores en los banderines de los asistentes (sistema beep) y del aerosol. Está vez la respuesta de la FIFA para facilitar la labor arbitral fue el Video Assistant Referee (mejor conocido como VAR).

La idea de esta herramienta es muy simple: ayudar al juez a tomar una decisión en jugadas puntuales, como por ejemplo la existencia de un penal, fuera de juego o de una agresión, y definir a partir de ello. La jugada no puede detenerse, el VAR se pedirá por el árbitro únicamente, los equipos no podrán llamar a la revisión, y sus decisiones ya han variado más de una vez.

Desde el Mundial de Clubes 2016 que este formato se adopta en distintas versiones, ya que en primera instancia era el juez el responsable de correr hasta la mitad de la cancha y volver a ver la acción en camara lenta con cámaras exclusivas. Ante la demora y lo poco práctico que significaba que el pobre árbitro corra 70 metros para ver un monitor, se implementaron árbitros virtuales que consistían en comunicarle lo que vieron al colegiado principal sin necesidad de que éste se mueva, ya que era el intercomunicador el medio que los acercaba a tomar la decisión final.




El funcionamiento del VAR es una incógnita. La FIFA evita hablar del tema y sus voceros indican que aún se encuentra en un período de prueba. Sin embargo, es una realidad que el Video Assistant Referee no ha dado el resultado deseado, ya que el criterio arbitral se rige por el estricto reglamento. Y en un deporte de contacto, analizado en cámara lenta y detenidamente, las infracciones son cada vez más repetitivas.

Hay varios ejemplos en los cuales el mecanismo ha resultado ineficiente, pero el más claro se refleja en un partido de la Major League Soccer en el que Nueva York se enfrentaba a Orlando. En uno de los minutos finales hubo empujones entre los jugadores y Kaka, jugador brasilero del Orlando City Soccer Club se metió a separar. En el video se ve que el jugador le hizo una broma a un rival -simula que lo va a agarrar de atrás para retenerlo- y ambos rien, en busca de calmar las aguas. Pero cuando el árbitro vió la situación en la repetición, y con la adrenalina del juego en disputa, lo consideró un intento de agresión y mostró al brasilero la tarjeta roja.



El criterio del árbitro no puede contemplar la broma; y al dejar todo en manos de imágenes se pone en cuestión el gran interrogante que ahora plantea el VAR sobre las formas en las cuales aplicarlo. Hay una frase de un comentarista de radio muy conocido: “en cámara lenta absolutamente toda jugada de roce es penal”. Esto es lo que empieza a conocer la FIFA al aplicar esta supuesta ayuda a los árbitros.

Quizás sea cierto que seamos protagonistas de una modernización en el fútbol, pero la “tecnología porque sí” puede ser una enfermedad muy difícil de curar. Para profundizar deberíamos considerar que en estas condiciones el VAR no está capacitado para presentarse en la Copa del Mundo de 2018, pero con trabajo y capacitaciones sobre los momentos en los cuales usarlo, se tornará la herramienta útil que todavía no ha sido.

Mientras tanto, lo esperamos en Sudamérica, ya que hará su presentación en nuestro continente a partir de los cuartos de final de la Copa Libertadores. Esperemos que genere más ayudas que controversias para que, de una vez por todas, facilite la tediosa tarea del arbitraje a nivel mundial.


Imagen: Eurosport

30 agosto 2017

PAGAR POR LO MISMO

Por Gonzalo Ochoa y Leandro Baschar - @lbaschar

Una crítica feroz a lo que podría ser y no es: la calidad de la transmisión del fútbol pago, y la imposibilidad de asistir a una cancha como visitante.





Los primeros partidos de la Superliga no mostraron nada nuevo en cuanto a la transmisión de los partidos: mismas cámaras, misma tecnología, incluso mismos relatores, como si se tratara de una continuidad de Fútbol Para Todos, pero desde un canal privado.

Si algo tuvieron las empresas deportivas de televisión encargadas de transmitir los distintos torneos de fútbol mientras duró FPT fue tiempo: para prepararse, para analizar qué hacía el Estado, que rumbo tomaban las transmisiones, para invertir en tecnología, para formar relatores con una impronta y un estilo propios, etc. Y así, cuando cambiara la mano y el fútbol volviera a manos privadas -tarde o temprano pasaría-, estuvieran realmente preparadas para brindar un producto novedoso y de calidad, acorde a las exigencias del espectador. La cadena Fox, incluso, tenía cierta ventaja: los derechos de transmisión de las copas Libertadores y Sudamericana, para probar en vivo y en directo la recepción de los hinchas. Sin embargo no hubo innovacion alguna.

Y es que, tampoco necesitaron mejorar: no hubo competencia entre propuestas televisivas, sólo entre propuestas económicas. El que puso más plata -Ted Turner- se quedó los derechos. ¿Y la calidad? después vemos. No habría problema que así fuera, si no es porque el espectador queda como rehén del monopolio del gol y no en la posición de consumidor a gusto: no hay alternativas legales para ver el partido más que ir a la cancha; y eso sólo hasta agotar entradas, y sólo en condición de local. 

No adherimos a que "el fútbol es un Derecho". No está en la Constitución, tampoco en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos. Sin embargo, resulta curiosa la poca injerencia que tuvo y tiene el consumidor en lo que al espectáculo deportivo se refiere, y aún más cuando es el que paga por él.

La decisión de otorgarle la transmisión de los partidos a tal o cual empresa, se arregló entre gallos y medianoche, con desprolijidades tales como extender el plazo para la presentación de una oferta cuando ya había vencido. Porque desde AFA y lo que quedaba de Fútbol Para Todos, lo que hicieron fue extorsionar a los Clubes al no otorgarles las partidas presupuestarias adeudadas, y en ese círculo vicioso que existía, uno debía lo que no podía pagar porque no tenía la plata que pensaba tener.

¿Por qué ningún televidente fue consultado acerca de tal o cuál empresa quería que se quedase con el negocio? Es cierto, suena loco, pero... ¿por qué no? ¿Acaso no somos los destinatarios finales de un producto que hasta hace meses era gratuito? Además, si uno está seguro de ofrecer algo cuya calidad es irrefutable, no teme a la competencia en la oferta. O no debería temer… Pero, si los mismos que durante años bajaron la línea de “para ver espectáculo andá al teatro” vuelven a adueñarse de la pelota, es como mínimo contradictorio. Venden algo que ellos mismos denostaban, a fuerza de reduccionismos absurdos. 

Otra cosa que perdemos de vista es que el fútbol es un espectáculo deportivo que se desarrolla estadios de concurrencia pública tanto local como visitante. Este sí es un derecho coartado desde hace años con la exclusión de los visitantes bajo el argumento de la seguridad. Por ende, nos encontramos en una situación más desventajosa que antes del Fútbol Para Todos: además de no tener ni la más mínima influencia entre los dueños de la pelota, tampoco contamos con la alternativa de concurrir al “espectáculo público deportivo” de visitante. Es como si pusieran un peaje en una ruta que no tenga otra vía alternativa para poder circular gratis.

El monopolio entonces es prácticamente total. Salvo la afortunada minoría que puede pagar la cuota de socio e ir de local a la cancha ¿30.000 personas promedio por equipo?, el resto tiene que pagar cable y codificado para ver a su equipo, en una transmisión que no tiene ninguna mejora con respecto a las transmisiones anteriores y un torneo que tampoco seduce desde su formato. Relatores que desaciertan apellidos, o comentan cosas sin relación con el partido; la muestra gratis hasta octubre con una transmisión SD que es peor que el viejo NTSC o PAL; una gráfica minimalista, al punto que en vez del escudo de los equipos se muestra la inicial gigante -sin contar a los superhéroes photoshopeados para presentar la liga en las redes sociales-; una puesta en escena deslucida, sin utilizar ni siquiera drones, etc.

Y la frutilla del postre es la decisión de volver a vedar los goles hasta el domingo a la noche, incluso en internet. En la era digital, con el auge de las redes sociales y las plataformas, los dueños de la pelota no quieren dejar ni las migajas.

Al final, el mayor perjudicado es el socio -de una asociación civil sin fines de lucro-: está obligado a pagar un abono fijo de televisión para ver una disciplina deportiva de las que realiza su club -además de la cuota social- por no tener ni siquiera la opción de asistir de visitante. Quien más plata pone para alimentar su pasión es el mayor perjudicado. Y suena tan loco como lo que es: un liberalismo sin libertades.

25 agosto 2017

TIC TAC




El reloj marcó atrasado las tres en punto. Me maravilla pensar que todo hubiese sido diferente sin el detalle del atraso. Pensar, por ejemplo, que si Galeano hubiera salido cinco minutos antes de su casa hoy probablemente conocería a su hija.

Pero el reloj marcó las tres en punto cuando en toda Argentina ya eran las tres y siete minutos; con cuarenta y ocho segundos, si se quiere ser más precisos. Y recién entonces el Doctor Galeano tomó su maletín, cerró con un portazo y salió para el trabajo.

Tres y treinta y dos ya estaba muerto, aunque para él eran las tres y veinticinco. Caminaba por la vereda izquierda de cuarenta y siete, desde calle diez y en dirección a nueve, cuando lo sorprendió la explosión. Falleció casi al instante, con gran parte de su cuerpo quemado y con pedazos de vidrio incrustados a lo largo de su perfil derecho. Cinco minutos antes y hubiese estado a tres cuadras, habría escuchado la explosión, se hubiera agachado y tomado la cabeza, hubiese mirado para atrás con estupor. Cinco minutos después y le hubieran faltado tres cuadras para llegar allí. También se hubiese agachado y tomado la cabeza, luego hubiera escuchado las sirenas. En ambos casos es probable que entrase en shock. Quizás años más tarde le habría contado a sus nietos sobre el día que se salvó de milagro y hasta su último aliento se hubiese sentido un tipo con suerte. Pero no, le tocó estar a las tres treinta y uno sobre la vereda del Hotel España mientras éste explotaba.

Cosa rara el tiempo. Pretendemos que es una magnitud más, y lo encerramos para siempre en una medida arbitraria. Útil, pero arbitraria. Sentimos su avance impasible, pero como no nos gusta que se escape de nuestras manos le construímos una jaula de horas, minutos y segundos. Lo multiplicamos luego en días, semanas, meses y años. A él no le importa. Se deja medir, manso. No dice nada porque sabe que es eterno, y para la eternidad no existen medidas. Sabe que, aunque busquemos encerrarlo en el pasado, siempre va a escapar hacia el futuro. Y por más que pensamos que deja huella en el calendario, las verdaderas marcas las hace en otro lado. El tiempo pudre la fruta, el tiempo hace crecer las plantas, es el tiempo el que nos arruga y hace caer el pelo. Y sin embargo insistimos en encerrarlo en días, horas, minutos y segundos.

El caprichoso tiempo fue el que decidió juntar al doctor Galeano con una explosión y pasarlo a la eternidad el seis de agosto de mil novecientos ochenta y siete, a las tres y treinta y dos pé eme. Esa fue la medida de tiempo en que los médicos forenses anotaron la hora de deceso de Galeano. Pienso que para el tiempo no fue nada más que un paso efímero en su caminar infinito.

Por eso me detuve un segundo en esta reflexión, y terminé maravillado en el detalle del reloj. La muerte de Galeano se trató de un error de cálculo humano en la medida del tiempo. El tiempo se burló una vez más con picardía la jaula que equivocadamente el hombre quiso imponerle e hizo culpable al propio humano de semejante error que, lógicamente, nadie se atribuye. Porque no se puede culpar a un relojero de homicidio por crear un reloj que atrase y sea motivo de que Galeano salga tres y siete pensando que son las tres en punto y transite la vereda de cuarenta y nueve entre nueve y diez, sobre el Hotel España a las tres y treinta y uno cuando la bomba explota, en vez de tres y veinticuatro. Ningún Juez llegaría a esa conclusión, y se tildaría de loco al que lo haga. Es simplemente absurdo. Culparán seguramente al que planeó el atentado, al que fabricó la bomba, y al que la colocó. Y serán culpables de la explosión y de todas las muertes, menos de una. No serán tan culpables ellos de la muerte de Galeano como el relojero, o como el tiempo. Después de todo, a Galeano le hubiera dado lo mismo pasar por allí a las tres y veintiocho, que a las tres y treinta y cinco. En cualquiera de esos casos no hubiera muerto.


Es la magia del tiempo, una vez que pasó ya está. Ya nadie puede volver atrás a avisarle al Doctor que su reloj atrasa siete minutos, que el tiempo que cree vivir en realidad es otro. Que crea que son las dos, si quiere, pero que espere un rato para salir de su casa así no se encuentra en el lugar y en el momento justo del estallido, que siga con vida. El Doctor murió. A las tres y treinta y dos ya está muerto, de ahora en más para siempre. Y el tiempo no va a ser juzgado. Simplemente va a continuar su paso hacia el futuro. Y volverá a realizar macabras y trágicas coincidencias, pero también hará magia para juntar en un mismo lugar al mismo momento a Pablo y a Cecilia que nueve meses después de esa noche serán padres por primera vez y la misma vida que se le fue al pobre doctor Galeano le va a venir por obra del tiempo a Marcos, como van a llamar al bebé.

24 agosto 2017

EL PROYECTO MATOSAS

Por Blas Bonafini - @BlasBonafini


Estudiantes ya entró en competencia: a pesar de que el lunes debuta en la SúperLiga ante Arsenal como local, el Pincha comenzó antes por disputar la Copa Sudamericana. Al frente de su primera pretemporada, Gustavo Matosas tuvo que rearmar el plantel, en un maridaje que contempla experiencia con juventud. 


Ante la partida de Nélson Vivas y el episodio ocurrido con Lucas Nardi, la calma llegó a City Bell con el arribo del uruguayo -nació en la Argentina pero vivió desde chico en Uruguay- Gustavo Matosas, un técnico con experiencia, de carácter y con el fuste necesario para dirigir a Estudiantes.

Rápidamente entró en acciones al dirigir al Pincha en los 16avos de final de la Copa Sudamericana, instancia que superó ante Nacional de Potosí para medirse con otro Nacional: el de Paraguay. Un final de campeonato del León con Leandro Benítez en el banco, unas cortas vacaciones y Matosas ya entró en acción.

Él y su cuerpo técnico se caracterizan por involucrarse al máximo en los entrenamientos; ser incisivos y detallistas en las prácticas y en los conceptos que se intentan volcar. Gustavo Matosas arribó a Estudiantes por el conocimiento y la ligazón que lo unía con el presidente del club, Sebastián Verón. En el arribo del DT, confesó que en más de una ocasión había dialogado con Verón de fútbol, por lo que las negociaciones no tardaron en llegar a buen puerto.

Entre los pergaminos de Matosas, un director técnico que dirigió a catorce equipos antes de arribar a Estudiantes, se encuentra el bicampeonato obtenido con el León de México -justo un león-, y la conquista de la Liga de la CONCACAF con el América, también mexicano. 

A la hora de las consultas y las recomendaciones, fue Mauro Boselli, campeón de la Copa Libertadores con Estudiantes en el 2009, quien dio el visto bueno para la contratación de Matosas. 

El plantel, entre el éxodo y las caras nuevas


La plantilla de Estudianes mutó muchos apellidos respecto a la temporada anterior. A varios jugadores se le vencieron sus préstamos y no fueron renovados, sumados a las ventas millonarias de dos juveniles con pocos partidos en primera que hicieron que el mercado de pases se le presente movido al Pincha, con muchas bajas pero también muchas caras nuevas. En total se fueron siete jugadores titulares: Matías Aguirregaray al Xolos de México, Juan Foyth vendido en 12,5 millones de euros a Totenham -en lo que es la venta más cara de Estudiantes-, Santiago Ascacibar vendido en 10,5 millones de dólares al Stutgartt alemán, Augusto Solari a Racing, Juan Cavallaro a San Lorenzo, Lucas Viatri a Peñarol y Javier Toledo al Sol de América.

Antes de que finalice el torneo se le había comprado el pase a Facundo Sánchez, y las incorporaciones llegaron en demasía: entre los más resonantes están Gastón Fernández y Mariano Pavone, ambos marcando un nuevo ciclo en el club. Con la llegada de refuerzos, Estudiantes contará con varias opciones para el mediocampo, en la zona de gestación de juego, pero pocos hombres de recuperación de pelota y una falta de relevos en la defensa, a pesar del arribo de Gastón Campi.


El desafío de la doble competencia


Con el inicio del SúperLiga y en Octavos de final de la Copa Sudamericana, el Estudiantes de Matosas encarrilará los objetivos apuntando a una vigente doble competencia. En el torneo el debut será ante Arsenal, en donde se irán perfilando los nombres que el técnico intentará que salgan de memoria. En la copa, el Pincha tropezó en Paraguay y cayó con Nacional, aún con una llave abierta por resolverse. 

¿Qué intentará diseñar Matosas? En principio un equipo con buen trato de la pelota, verticalidad y presión sobre la salida del rival. Si recupera a Gastón Fernández, el último jugador que supo abastecer de juego a Estudiantes -después de él ni Juan Cavallaro ni Lucas Rodríguez pudieron hacerlo-, el Pincha tendrá más dinamismo y creatividad. A la “Gata” se le suma uno de los refuerzos: Christian Alemán, que mostró sus cualidades en Barcelona de Ecuador, para que Estudiantes disponga de variantes. En la delantera, ante las partidas de Toledo y Viatri, Mariano Pavone querrá hacerse cargo de los goles del equipo, más lo que pueda aportar Lucas Melano, otra de las caras nuevas. 

Las mayores dudas pasan entonces por la defensa: la venta de Foyth dejó a la última línea con pocas variantes, con Schunke y Desábato como los centrales titulares y Bazzana y Campi como las alternativas más viables. A simple vista, y con la disponibilidad de hombres de ataque, el entrenador podría inclinarse por un equipo más ofensivo, utilizando un 4-2-3-1 o un 4-3-3, sabiendo que Dubarbier y Sánchez ofrecen más rédito como volantes que como defensores. 




Matosas se considera especializado; remata con ambos perfiles, habla y explica con argumentos, y se confía un técnico pulcro y capaz para tomar el mando de Estudiantes. En el mientras tanto, la vara de un equipo que terminó tercero en el torneo quedó elevada, junto al paladar albirrojo de la sensación que significa disputar torneos internacionales. En marcha está, el proyecto Matosas.

RICARDO IORIO, EL ROCK ES DECIR NO

Por Leandro Baschar - @lbaschar

La imagen de Ricardo Iorio conversando, y luego abrazado sonriente, con Alejandro Biondini despertó la polémica y llenó de críticas al cantautor por su hipocresía, cinismo y apoyo a un partido fascista. Sin embargo, repasar su obra señala otra cosa.



El Ruso Verea tiene una frase de cabecera para identificar lo que es o no es Rock: “Rock es decir NO; cuando dice SI es entretenimiento”. 

Quizás por eso entender una personalidad tan compleja como la de Ricardo Iorio en tiempos de viralizaciones, grietas y encasillamientos, sea tan difícil. Para comprender la vida y obra de una persona, muchas veces hay que apartarse y separar los preconceptos del sujeto. Iorio fue el mentor de las tres bandas más significativas en cuanto a metal pesado se refiere en nuestro país. Cada fase de su desarrollo compositivo respondió a una realidad que lo circundaba, y a la cual él transformó en canción. 

Bajo esa premisa, siempre dijo que un autor debe escribir sobre su entorno, su vivir. “Uno es uno y su circunstancia”, como dijo Ortega y Gasset. Por eso en los 80 su música y letras rezaban "basta de hippies, basta de rogar, estalló el tiempo del metal”. Sí: en épocas donde ser “duro” era mucho más difícil que hoy, donde lo políticamente incorrecto algunos lo reducen a 140 caracteres, Ricardo pateaba la mesa. Venía de abajo, se autodefinía hijo de “cabecita negra”, y eso no era bien visto por los mismos a quien -paradójicamente- ahora lo vinculan. 

Una voz rebelde estallaba en el BA Rock, denunciando “quince años de engaño”. Desde chico ya gritaba “¡NO!” y no le importaba el qué dirán. Ya no creía en nadie, porque nadie creía en él. Hace más de 30 años que nos explicaba que estamos Cautivos del Sistema: “Y vos y yo consumidores de basura, acrecentamos el poder de esta gente que nos impone las reglas de este juego y ríen al vernos caer en su trampa demente”. Molestaba y molesta.

Más tarde, en Hermética, describió la década de los 90 en canciones como Gil Trabajador y abrazó la causa indigenista mucho antes que la bandera wiphala se transformase en un souvenir de quien fue de viaje al norte y vio una realidad pero no tuvo la empatía necesaria para ponerse en el lugar del poblador originario. “Pueblos nativos del suelo mío fueron saqueados y sometidos”, dice en La Revancha de América, la misma retórica que en Sentir Indiano. Sin embargo, estos últimos días se enojó porque esa misma canción la tomaron los Mapuches, quién él juzga como “ingleses” e implantados por la corona británica que alienta el secesionismo. Disparatada o no, es su teoría. 

Luego de la foto, muchos salieron a juzgarlo. Desde su guarida, estaban esperando el momento. Los mismos que luego se quejan cuando otros los juzgan. “Quemado”, “alcohólico”, fueron algunos de los vicios que se le endilgaron, como si eso lo hiciese menos persona. Allí es cuando la falsa transgresión queda bajo los mismos estándares conservadores que tanto se proclama repudiar. 

San Martín-Rosas-Perón. Una pizca de Seineldín. Alberto Rodríguez Saá presidente, Pino Solanas ministro. Todo ese es el ideario político de Iorio, que identifica Patria con Nación, Nación con Estado. En sus valores están los pueblos del interior, de La Pampa, a quienes tantas veces le cantó. También Tilcara, San Juan y Ñandubaysal. Su prosa es un recorrido geográfico por Argentina. Locaciones que tal vez nadie hubiese escuchado. Rutas que conoce a la perfección, porque es profeta en su pueblo. Como dijo en Las calles de Liniers, solo transmite lo que observa. Allí denuncia también el negocio en torno al credo religioso. Otro error de quienes lo encasillan en el conservadurismo. En pleno Menemismo denunció al poder establecido.

Hospitalarias Realidades grafica a la perfección la falta de humanismo médico -cuestión que el mismísimo Favaloro ha alertado- en la mercantilización de la medicina. No se pone en contra de todo el colectivo de los trabajadores de la salud, como maliciosamente quiso endilgarle alguna nota de las tantas que vieron luz estos días. El tiempo le dio la razón cuando escribió “en un avión se llevó el dineral”: predijo la huída de De la Rúa y el descalabro económico financiero del Estado. También, nos indagan sus letras sobre cómo ciertos políticos pueden volver a presentarse. Olvidamos, y a él lo crucificamos… 

El Mundo es Guanaco, por eso El Pibe Tigre sufre lo que le pasa y es rehén de “un trompa extranjero que compra el país”. El oficial se lo lleva, por “perejil”. Sí, otra vez denunciando un abuso de la autoridad. Como en Presa Fácil. El amperímetro no se detiene, para desgracia de las cerradas mentes que la lírica de Iorio desencaja. Y en ese torbellino de ideas, surgió hace más de 15 años el disco Piedra Libre, quizás su obra más relacionada con la política nacional, donde pasa de cantar “cumpliendo un sueño de niño estoy cantando el nombre de Juan Perón” a denunciar que tienen preso a un guerrero nacional. Ese que fue uno de los hombres más destacados en el campo de batalla de Malvinas, pero que a la vez se sublevó contra el orden constitucional, supuestamente contra el “Nuevo orden mundial”. Pero, nuevamente pero, hacía poco había escrito “Me ha dictado la razón, cantar en repudio al genocidio ejecutado”. Y por más que parezca inconexo, hay una lógica de fondo. El ejército argentino tiene dos alas, como en todo ámbito: una nacionalista, otra entreguista. En palabras del propio Seineldín, los primeros solo realizaron el golpe de 1943, de donde surge la figura de Juan Domingo Perón. 

Al parecer, entender a Iorio resulta bastante más complejo de lo que se puede suponer. Nos cuestiona hasta lo que preferimos tirar debajo de la alfombra: el origen militar de Perón, el mismo que algunos vieron o ven como una reivindicación de la justicia social. Mandamiento peronista que parece ensalzar en uno de los covers de ese mismo trabajo discográfico: Sirva Otra Vuelta Pulpero, donde queda evidenciada la injusticia de los sin techo. “Con once familias, le hemos ganado, una vez, al Estado. Eso sí que es triste, pa´l que no tiene rancho, ni donde caerse muerto”. ¿Por qué habiendo tantas letras para elegir, Iorio opta por versionar ésta? No olvida de dónde viene, y hasta tiene una lógica clasista. 

Todo este andamiaje debe ser su propia memoria de siglos. Allan Kardec Y Joseph Benner contentos, viendo cómo un cantautor argentino siente que tiene esa carga de sus vidas pasadas y viene a poner blanco sobre negro. Ya en su retiro a la inmensidad, sus letras suelen hablar del campo. Pero incluso allí, denuncia al Glifosato.

El cantor no puede callar, porque si se calla, calla la vida. Grita, grita lo que otros callan, a su modo, verborrágico y letal. En el fondo se debe divertir, porque sigue diciendo que NO. Porque NO puede sacarse una foto con Biondini, a quien paradójicamente el sistema dejó presentarse en elecciones. Quizás en su análisis, considere que es un continuador de esa línea defensora de lo “nacional”, lo autóctono. Quizás solo lo hizo para provocar. Y ahí entra el debate, la discusión. Pero de ningún modo se puede dilapidar, subestimar o menospreciar toda la obra del autor.


Ricardo, haciendo lo que hace, al menos nos obliga a pensar. Él prefiere eso, antes que ser un eslabón más de la cadena de escapismos que proponen otros géneros musicales, donde el sexismo acapara cada letra, pero que nadie juzga ni repudia, como hicieron con él. También rompe todos los pensamientos directamente proporcionales. Y en definitiva, como él mismo dice, él quedó así. Producto de todo lo vivido, producto de todo lo sufrido. “Se confirma que ignorancia es la enfermedad que al mundo apesta”…

23 agosto 2017

LA FOTO DE TAPA II

Imagen tomada por Adrián Escandar para Infobae

El triunvirato de la CGT convocó a una movilización a Plaza de Mayo donde se realizaría un acto anunciando un Paro General como medida de fuerza contra las políticas económicas y laborales del gobierno de Mauricio Macri. Sin embargo, antes de que comience el acto principal, una interna del gremio de los Choferes de Camiones desató una batalla campal en la que se utilizaron hasta las cruces en homenaje a los caídos de Malvinas. Las imágenes -como esta tomada por Adrián Escandar- parecen el poster de una ficción, o arte surrealista.

Al final, los líderes sindicales de la CGT -que se mostró partida- anunciaron sólo una reunión para ver si convocan al paro. Luego del acto, Mauricio Macri les quitó la caja de las obras sociales y echó a Ezequiel Sabor, Ministro de Trabajo y a Luis Alberto Scervino, Superintendente de Servicios de Salud.

20 agosto 2017

EN DEFENSA DE WENGER

Por Leandro Baschar - @lbaschar

Arsene Wenger llegó al Arsenal como un desconocido y se quedó más de 20 temporadas en las que imprimió una filosofía particular y logró varios títulos. Pese a eso, nunca estuvo exento de la crítica, que aumentó en los últimos años a tal punto que hoy muchos piden que se vaya. Aliko Dangote, millonario nigeriano, anunció que pretende comprar el club y echar al francés. Este texto es una reivindicación tan romántica como necesaria.




Stoke City 1 – Arsenal 0. Tan solo un par de días después de que un millonario africano se animara a decir que está dispuesto a comprar las acciones del equipo de Londres, los de Wenger sufren una derrota de esas que nos tienen acostumbrados desde hace una década. Sin embargo, a diferencia de temporadas pasadas, sucedió en la segunda fecha, y no durante los meses de enero y febrero, donde generalmente por plantilla corta, lesiones y triple competencia, se suele tirar la Premier por la borda.

Repetir #WengerOut o reducir el análisis a un mero conteo de títulos sería una falta de respeto. No solo para con Arsene, sino para con el fútbol en general.  Es que en épocas de pensamiento binario y dicotómico, producto muchas veces de la inmediatez de las redes sociales, cuesta frenar, pensar de dónde se viene y hacia dónde se va.

Los Gunners de Le Professeur


Quizás todo haya comenzado cuando ni siquiera el propio Wenger lo sabía. Cuando Nick Hornby escribía su famoso “Fiebre en las gradas”, y el juego del Arsenal era más parecido al que aquí cerca tenemos en Sarandí, que al que hoy vemos allá lejos en el moderno Emirates. Por eso, analizar la capacidad o el Proyecto encarnado por el francés solo en base a resultados, sería no entender absolutamente nada de lo que era el "Boring, Boring, Arsenal", lejos y hace tiempo, cuando lo fueron a buscar, no solo para reinventar un Club, sino una Filosofía.

En este punto hacemos un alto. Pensar qué eran, y hacia donde fueron los Gunners, con un ministro plenipotenciario sentado en el banco.

Un cambio de paradigma tal, tuvo que ser una decisión de arriba hacia abajo, y en cada área del Club. Sistema, formas y líneas de conducta que parecen también vinieron a darle un salto de calidad no solo a un equipo, sino al fútbol inglés en su totalidad. Es que desde la Tragedia de Heysel había entrado en un pozo, un terreno fangoso difícil de salir, pero que mirado en retrospectiva tuvo su lado “bueno” en cuanto a la profesionalización del producto. Sí, en tiempos de fútbol negocio el Arsenal y Wenger hoy en día son contrasistémicos, pero paradójicamente cimentaron las bases de cómo el fútbol inglés quería ser visto en el resto del mundo. Una estética que nada tenía que ver con lo que siempre fueron: garra, coraje y centros al 9 de turno, que luego de hacer dos goles en un clásico terminaría celebrando en algún pub de Liverpool, Manchester o Londres.

Volviendo; un equipo es una idea. Ser entrenador se trata, entre otras cosas, de eso, de darle forma y contenido a una idea. Wenger es una de esas personas que marcan, y que hacen que algo que te gusta, te guste aún más. Pero si no se lo conoce, todo se reduce a un “meme” o a preguntarse “¿Otra vez le renovaron?”. 

La temporada pasada padeció una de las más difíciles de su carrera. #WengerIn ó #WengerOut era la cuestión. Un 10 a 2 lapidario vs el Bayern, parecía un final de terror para una novela que empezó hace más de 20 años. 

A los casi 70, cuando el barco que construyó durante tantos años parecía total y absolutamente a la deriva, cambió. Puso 3 defensores, mandó a Ox a la banda, puso a Welbeck de 9. Le ganó al City de los Jeques árabes y Guardiola, y al Chelsea de Abramovich campeón de la Premier. Los convenció, pese a todas las dudas, los memes, y los desmemoriados. Fueron, y ganaron. 

Hace quince días volvieron a ganarle al Chelsea, esta vez por penales. Títulos menores dirán, los mismos que si esos títulos los ganasen DTs de su agrado los ensalzarían.

Otros no se cansan de abrir falsas discusiones que parten de premisas erróneas. Porque Wenger no ganó ni un título internacional con Arsenal. Pero jugó más Champions Leagues que todas las que había disputado el Club en su historia, que a nivel internacional tiene tan solo una final de UCL, sí, bajo el mando del francés. 

Tampoco se entiende que en esa larga sequía de años sin títulos, rearmó una plantilla vendiendo más de lo que compraba durante muchos años, mientras se renovaba todo un Estadio. Y que pese a ello, tampoco perdió competitivdad: pudo haber eliminado al mejor Barcelona. Ese mismo blaugrana que fue un reflejo de lo que habían sido los Invencibles, en años donde el fútbol inglés aún no era lo masivo que es hoy. Henry, Hleb, Song, Vermaelen, Fabregas, y antes Overmars, Gio Van Bronckhorst y Petit, nutrieron las filas de un equipo que veía reflejado lo que quería, en la Gran Bretaña. 

Quienes nunca se interroguen por este señor, se perderán de disfrutar un fútbol trabajado, en pos de la búsqueda del arco rival. Recepción, control y pase. Lehmann; Lauren, Campbell, Touré y Cole; Vieira, Silva, Ljungberg, Pires; Bergkamp y Henry, encarnaron toda la idea en un campo de juego. Defensa férrea, laterales con proyección, mediocampo de buen pie y dos delanteros letales. Un equipo formado, pensado y trabajado por Arsene. Porque, por decir alguno, a Henry lo trajo de la Juventus cuando llevaba 3 goles en los últimos seis meses. Otros directamente fueron productos del scout. Otros venían de ligas menores, y eran toda una apuesta.

Así logró un hito para toda la historia de Inglaterra, igualado únicamente por otro equipo, antes del 1900. En aproximadamente 130 años apenas dos Clubes lograron campeonar invictos, y solo los de Wenger en una Liga de 38 fechas. También dio la vuelta en Old Trafford, para desterrar mitos.

Ahora, luego del tiempo de la “economía de guerra”, Wenger tiene que volver a armar; sin que el mundo de los millones le desarme lo que puede edificar. Porque a Alexis lo compró por 37, pero ahora le ofrecen 78. Porque cuesta pujar por Mbappe cuando está el Real Madrid de por medio o el mismo PSG, que no se cansa. 

En un mundo donde la realidad te pasa por arriba, otra utopía de “El Profesor” fue la del juego limpio financiero. No pagar lo que no se tiene debidamente registrado, o no se puede. Nunca sucedió, ni sucederá en el futuro inmediato.

"Arsene Who?"


Se preguntaban los diarios cuando llegó. Un ignoto que se transformó en una marca registrada, no solo él, sino su equipo.  No hay que dar por acabado a un tipo que tiene las mismas ganas del primer día. Y si no es en los Gunners, seguirá dirigiendo y, sobre todo, formando en otro lado.

Arsene Wenger en sus 20 años al mando del Arsenal atravesó vidas: de hinchas, jugadores, rivales. Y sin dudas, antes de irse, busca dejar bases. Sí, esas que ni el mismísimo Ferguson pudo dejar en Manchester. Al mismo tiempo, su Arsenal pasó a ser un ritual necesario cada sábado a 12 mil kilómetros de distancia, que consiste en ver -desde tiempos en que todo era precario y la Premier no tenía la difusión de hoy- a un equipo que juega el fútbol y respeta una idea.

Desde los Invencibles hasta la sequía de casi una década. Todo eso pasó en el medio. 

Sin detenernos en resultados, he aquí un reconocimiento para el Señor cuyos equipos hacen madrugar, como si uno estuviese ahí, viviendo los 90 mejores minutos de fútbol de la semana, y regalando goles como el de Bergkamp al Newclaste; un gol que representa un estilo, una forma. Goles hay muchos, todos valen "uno". La gran mayoría son olvidados, salvo que sean en una final o clásico. Solo algunos pocos marcados en un partido común tienen el privilegio de quedar en el replay eterno de nuestras mentes.

Que dure lo que tenga que durar, que 20 años no son nada quizás, que el legado será eterno. Arsene, gracias por intentarlo. Gracias por las emociones, que al final, son lo único que queda.

19 agosto 2017

EL PROYECTO SOSO

Gimnasia arranca un nuevo campeonato con Mariano Soso, un entrenador hasta ahora desconocido, elegido para un proyecto a largo plazo que quiere plasmar una idea de juego bielsista: posesión, dinamismo en la transición y ataque.


Soso y Fito Rinaudo. Las claves del futuro de Gimnasia.


Luego de la renuncia de Gustavo Alfaro como entrenador de Gimnasia, el club se tomó un largo tiempo para pensar su reemplazante. Semanas después Roberto Depetri, mánager del club, anunció a Mariano Soso como el nuevo director técnico del club; un nombre prácticamente desconocido a nivel nacional, que venía de ser campeón con Sporting Cristal de Perú; su segunda experiencia como entrenador tras dirigir a Real Garcilaso, también peruano. Antes, estuvo diez años como asistente técnico de Claudio Vivas, Hernán Lisi y Daniel Ahmed.

El hombre se declaró Bielsista, y luego de un par de declaraciones astutas, encendió la ilusión en más de un hincha tripero. Ya el faro "Bielsa" es todo un símbolo en el fútbol de hoy: muchos técnicos y ex jugadores se identifican con el técnico rosarino, que embandera una filosofía de ética, ataque y fútbol espectáculo; de potenciar juveniles y forjar carácter. Aunque muchos consideran a Bielsa un fracasado -sobre todo por la eliminación en Corea Japón 2002-, son varios los proyectos exitosos de él y sus discípulos en los últimos años: sus Chile y Athletic Bilbao, Tottenham de Mauricio Pochettino, Chile y Sevilla de Jorge Sampaoli -hoy en la selección-, Defensa y Justicia de Sebastián Becaccece -hoy junto a Sampaoli-, Paraguay y Newell's de Gerardo Martino, Argentinos Juniors de Gabriel Heinze, y la lista sigue, entendiendo que "éxito" no es sólo lograr títulos, sino cumplir los objetivos, teniendo en cuenta los contextos de los equipos.

Además de su referente, antecedentes y declaraciones, Soso aumentó la expectativa al mirar las inferiores y buscar entre los juveniles refuerzos para el primer equipo. De lo que vio, le gustaron Melluso, Bolívar, Ortiz, Pereda, Noble, Chávez y un par de nombres que si bien no figuraron en los amistosos de pretemporada están en el radar del técnico.

El primer inconveniente que tuvo fue la limpieza de dos referentes del club: Sebastián Romero y Lucas Lobos. Este grave desacierto -a mi criterio- de la comisión directiva fue pésimamente comunicado al jugador y a los hinchas, que entendieron al DT como el responsable, y reclamaron para que los mantenga en el plantel. Por supuesto, ningún técnico debe estar por sobre el club, y aún menos uno desconocido. Sin embargo después trascendió que Mariano Soso nada tuvo que ver en la decisión de dejarlos en libertad, por más que había anunciado que no los tendría en cuenta en lo futbolístico, algo totalmente válido.

El paso del tiempo, la aclaración por parte de la CD y el comienzo de la pretemporada aplacaron un poco el enojo con el entrenador, que se dispuso a encarar los trabajos con métodos que confirman su bielsismo: juego por abajo, explosión y mucho movimiento; y luego los amistosos, donde se planteó un fútbol de posesión y transiciones rápidas, con mucha participación de los exteriores. Más allá de los resultados -ninguno negativo-, se vio claramente lo que pretende el técnico en cuanto a juego: la búsqueda y el plasmado de una idea de juego que tenga al equipo como protagonista, en contraposición a la apatía y el repliegue mostrados en el último semestre de Troglio y el ciclo de Gustavo Alfaro. Con Pedro, Gimnasia tenía una idea que se fue desgastando; un rendimiento de menor a mayor, de presión y contragolpe. Con Gustavo, ni la racha de triunfos en el comienzo del año convencía al hincha, que siempre estuvo preocupado por la forma de juego extremadamente defensiva. Cuando la racha de triunfos se convirtió en derrotas, nada sostuvo lo propuesto por Alfaro, que renunció.

Los desafíos


El hincha de Gimnasia tiene un reclamo claro: que el equipo ataque y contagie entusiasmo. Como -idealmente- los equipos de Griguol. También los de Gregorio Pérez, y más acá en el tiempo como los de Troglio en 2005, 2013 y 2014. Otro pedido es potenciar juveniles para venderlos a futuro. Y una deuda que, quitando el 3-1 de 2010, cumple una década: ganar el clásico.

Soso deberá lograr que su idea y proyecto se plasmen en la cancha. Por el momento lo ha logrado, pero en amistosos. Y la historia fresca dice que ir bien en los amistosos no garantiza lo mismo en el campeonato: Cappa y Cocca tuvieron un buen rendimiento y juego en la pretemporada, pero después no mostraron lo mismo por los puntos.

"Ya hicieron dos goles iguales, va a ser fácil ganarles" señaló un usuario de Twitter, como comentario del empate amistoso con Defensa y Justicia. La crítica no me pareció del todo acertada pero sí justa; el gol de Gimnasia era de una jugada similar a la de los partidos anteriores: centro de Bonifacio, cabezazo de Ibañez -que metió 6 goles en toda la pretemporada-. Justamente, una de las principales críticas al bielsismo, que el propio entrenador reconoció y yo también he realizado hace un par de años: su falta de flexibilidad. Bielsa repite su esquema de tal forma que luego de un tiempo no sorprende al rival, entonces, cuando los contrincantes aprenden a contrarrestar su estilo lo vencen.

¿Podrá el entrenador de Gimnasia ejecutar la idea que propone sin caer en la repetición de la misma al punto de ser predecible por el rival? ¿logrará la flexibilidad que Bielsa le elogió recientemente a Sampaoli? Es una de las claves para el desarrollo del equipo en el campeonato y principalmente en los clásicos: se sabe que en Estudiantes es obligación conocer cómo juega el rival. Sin sorpresas, el Lobo tendría menos chances de triunfar.

Por último, otro escollo que se le puede presentar al cuerpo técnico es la complicación de la situación económica que hoy es estable y hasta positiva, pero con el concurso de acreedores activo. La deuda se redujo casi un 50% (falta la confirmación que llegará en Septiembre), pero aún así el pasivo es de 89 millones de pesos. Una suma importante que el club deberá saldar sí o sí mes a mes para no caer en la quiebra. Esto, claro está, es tarea de la Comisión Directiva, pero puede afectar a Soso si él o el plantel tienen atrasos en los pagos o falta de recursos para encarar los trabajos, algo que hasta el momento no sucedió.

Todo por sumar

Una ventaja para el DT es el contexto en el que llegó al club: renovación de la Comisión Directiva, y renovación del plantel. Alfaro había sido contratado por Onofri y sostenido por Pellegrino -aunque no era de su gusto-. Soso es el elegido por esta comisión, que además decidió realizar una limpieza del plantel y se desprendió de más de diez jugadores: nombres de peso como los ya mencionados Sebastián "Chirola" Romero -vuelvo a insistir, un error grosero- y Lucas Lobos, otros que ya habían cumplido un ciclo, sin poder destacar y con contratos altos: Pablo Vegetti encabeza la lista a la que se suman Daniel Imperiale, Darío Botinelli, Sebastián Gorga, Mauro Matos, Mauricio Romero, Ramiro Carrera, Jorge Valdez Chamorro, Javier Mendoza y los -ya no tan- juveniles que nunca explotaron: Kevin Ceceri, Dardo Miloc, Horacio Tijanovich, Juan Pablo Pocholo, Diego Nikolaievsky e Ignacio Jáuregui.

Después de la escoba, y por el tope que la AFA le impuso a Gimnasia y los clubes que le deben plata, se sumaron pocos jugadores: Nicolás Colazo -volante externo- y Omar Alderete -defensor central-, junto a otros dos jugadores en negociación ¿Nicolás Dibble? ¿Gonzalo Maroni? ¿un tapado?, todos con la aprobación del DT. El resto de los refuerzos son los juveniles que sumará Soso para tener variantes y suplentes, una noticia celebrada por los hinchas.

En lo futbolístico, la vara quedó baja: Alfaro no consiguió pasar la primera ronda de la Copa Sudamericana, perdió el último clásico y empató los otros dos, y aunque dejó al equipo con chances de entrar a la Sudamericana, finalmente el interinato de la dupla Merlini-Messera no consiguió la clasificación.

Este escenario parece ideal para que Mariano arranque con su proyecto: cuenta con un promedio sólido para trabajar tranquilo sin la presión del descenso, y no le debería ser difícil igualar e incluso superar el rendimiento del equipo las temporadas anteriores. El piso es 25 puntos en 19 fechas (desde que volvió a primera sacó 26 en el Inicial 2013, 31 en el Final 2014 y 24 en el de Transición 2014), o de 40 en 30 (consiguió 44 en 2015 y 43 el último torneo), y eso para continuar sin pensar en el descenso.

Si demuestra la misma intención de protagonismo que en los amistosos, y si la idea que los mismos jugadores declararon que el DT busca inculcar se plasma con resultados para estar sobre la mitad de tabla, Soso tendrá la aprobación del hincha. Y si consigue un triunfo en la Fecha 15, el entrenador tendrá crédito para todo el campeonato. La tranquilidad con la que Mariano comienza su ciclo debe ser envidiada por muchos colegas.

Mariano Soso dialogando con Marcelo Ramos. Coordinación entre Primera e inferiores.

Alcanzar el potencial

El hincha está expectante, se generó la ilusión de siempre cuando arranca un torneo y más: cree en Soso y su proyecto, aunque mira de reojo a la Comisión Directiva por haber rescindido a Chirola -muchos no lo perdonarán- y mantenido a Lucas Licht y Facundo Oreja, últimamente cuestionados por su alto sueldo y bajo rendimiento. El primero sigue como titular, el segundo es suplente para el entrenador, que prefiere a Ezequiel Bonifacio.

Mariano Soso deberá mostrar que puede alcanzar el potencial que tiene. Cuenta con buenos recursos, las inferiores tienen un buen trabajo -gracias en gran parte a Marcelo Ramos, con quien Soso tiene diálogo constante-, y el apoyo de la gente.

Con eso es suficiente para que el proyecto dure, las expectativas se vuelvan realidades y Gimnasia realice un buen torneo o más, consiga la consolidación de un equipo y ventas que le inyecten dinero para salir airoso del concurso de acreedores. Ese será el objetivo: si el club logra saldar sus deudas y el equipo logra consolidar una idea de juego que lo haga protagonista, volver a ganar uno -o más- clásicos y clasificar a una competición continental, el ciclo Soso habrá sido exitoso.




17 agosto 2017

EL REY DEL OESTE


El Talp es el famoso micro lechero: va y para en todos lados. Une San Isidro con La Plata, pero atraviesa todo el conurbano oeste en un trayecto que mide 120 kilómetros y tarda 5 horas, sin lujos, sin comodidades, pero siempre al pie del cañón.




Las caras de los pasajeros que hacen fila en las plataformas se alargan mientras que el sol se esconde en San Isidro. De un galpón de chapa enorme salen los micros de la línea 338. San Isidro es su terminal, a pocas cuadras de la estación de trenes.

Las plataformas son un garage con manchas de aceite en el piso de cemento y tres columnas con carteles que dividen los recorridos: Ruta 4, Pasco y Buen Ayre. A la izquierda hay una ventanilla donde un viejo recarga la tarjeta SUBE, un kiosko donde el vendedor apenas se ve entre golosinas y comestibles, y un bar sin mesas, donde acodado en la barra podés degustar una pizza, unas papas fritas o una cerveza. Además tiene un televisor donde por ahora juega San Lorenzo.

El olor a frito del restaurante se mezcla con el aroma primaveral de los árboles y el penetrante perfume de la nafta. Un empleado de mameluco barre sin ganas un cementerio de colillas y papeles, que el viento vuelve a desparramar. Los colectivos se suceden, con distinto destino y las filas se renuevan. El 338 que me lleve a La Plata sigue sin aparecer.

—Disculpe —interrumpo a un chofer que fumaba en la puerta del bar—, ¿sabe a qué hora sale el Talp que va a La Plata?
—Sí, ahora a las nueve —después de una pausa, agrega— ¡Qué viajecito!
—¿Cinco horas no? —me resigno a un viaje largo y a llegar de madrugada
—Depende. A esta hora un poco menos, y si tomás el que va por Ruta 4 tenés como mucho tres horas, porque va directo.

El cansancio ruega por que ese sea el próximo micro, y que tenga aire acondicionado, sillón cama y servicio de catering. Diez minutos más tarde aparece en la plataforma el bendito colectivo a La Plata, por Ruta 4, y sonrío. Pago los 38 pesos que sale el boleto y busco un lugar. El cuerpo se tiene que conformar con un asiento de gomaespuma dura tapizada en un cuero negro y desgastado, rígido, sin aire ni calefacción. El reverso de los asientos tiene garabatos o leyendas del estilo “Carla te amo” o “Los Andes se la banca”. Las paredes también están dibujadas con fibrones. “Al menos voy sentado”, pienso mientras me acomodo en el fondo, cerca de la puerta. Tras una hora y media de espera, al fin estoy en camino a La Plata.

Hay dos formas de llegar desde Capital a La Plata por transporte público: el tren o el colectivo. El tren no hace el recorrido completo desde noviembre pasado, cuando prometieron electrificarlo en 90 días que ya son casi un año. El servicio provisorio es hasta Berazategui y desde allí se debe hacer un transbordo gratuito a un micro de línea hasta la ciudad.

Los colectivos más directos son el Costera y el Plaza, las opciones de los oficinistas y comerciantes que van del centro de La Plata al centro de Capital. Los asientos son cómodos y reclinables, los días fríos hay calefacción y los calurosos aire acondicionado. Los pasajeros visten camisa y pulóver, algunos traje. Las mujeres tienen maquillajes finos y perfumes caros. Suficientes comodidades para una hora y media de viaje.

El Talp no conoce de autopistas; y es el único transporte público que une el conurbano bonaerense con la Capital Provincial. En líneas generales, traza un recorrido paralelo -pero más al oeste- que la Autopista General Paz, hasta Quilmes, y de allí por camino Centenario o Belgrano hasta La Plata. Son en total 120 kilómetros de recorrido.

Entre los platenses, el Talp es la alternativa al 273 para cubrir el trayecto entre la ciudad y Gonnet, City Bell o Villa Elisa. En La Plata parte desde la sede de la empresa, en calle 71 y 17, pasa por la terminal de calle 2 y 42 y sale de la ciudad por avenida 13. En este tramo el micro suele ir repleto y vaciarse antes del Cruce de Varela. Lo mismo sucede mientras atraviesa el conurbano; se llena y se vacía por tramos.

La línea se originó como una concesión de la Dirección Provincial de Transporte en 1940. En ese entonces, el recorrido lo tomó la empresa “Costera Criolla”, y es de ahí que la gente grande aún le dice “la Costera” al Talp, mientras que los jóvenes conocen por “Costera” al micro que une la terminal de La Plata con Retiro, línea 129, y que es de la empresa “Costera Metropolitana”. Transporte Automotor La Plata (TALP), tomó el trayecto en los años '60 y lo mantiene intacto hasta el día de hoy, incluso con nuevos ramales. 


Los pasajeros del turno noche dormitan en la violácea oscuridad de las luces negras. En el fondo suena una cumbia, y el constante ritmo del wiro se mezcla con el ronronear del motor. El frío se cuela entre ventanillas que no terminan de cerrar y un olor a pata inunda el ambiente. Las paradas vacías incentivan al chofer a pisar con gusto el acelerador; los primeros kilómetros son con el micro semivacío, y por una zona de comercios cerrados.

A medida que se interna en el oeste, se llena. Como en casi todos los micros de línea, se respeta la regla general de que el fondo se llena primero, no importa cuán vacíos estén los asientos de adelante; ese lugar está reservado para mayores o discapacitados. Además, la mayoría de los que sube tiene ropa de trabajo: mamelucos, jeans y borsegos, buzos con la marca de una empresa. Nadie viste traje, y muchos cargan bolsos o mochilas.

El chofer es colectivero de raza. Pelo corto y parado con abundante gel, afeitada al ras, camisa violeta con corbata dentro del pantalón de vestir, panza de cerveza y zapatos. Al combo lo dan junto con el registro profesional e incluye unos lentes de sol, infaltables durante el día. En los tramos de descampado acelera con gusto, pero no se saltea ninguna parada.

—Yo soy piola, te paro siempre y subo a cualquiera. A veces hasta te espero. 
Adrián maneja en la empresa desde los 18 años, y ahora tiene 34. Está afiliado al sindicato y su hobbie es pelearse con taxistas, que escasean en el recorrido de Ruta 4.
—Termine la secundaria por obligación y empecé a laburar porque no quise estudiar—. Cobra un pasaje y prosigue— Hoy los pibes son muy vagos, pero es porque los padres no son estrictos. Mi viejo fue claro: o estudias o laburas, y me hice chofer. Me gusta, aunque a veces me canso, como todos.

El sueldo mínimo de un colectivero al día de hoy es alrededor de los $16.000, lo que supone un buen piso si se lo compara con otros mínimos como el de un docente secundario. Claro que transportar pasajeros supone un riesgo mayor, que se incrementa en la noche del conurbano.
—Si no te crees Schumacher no pasa nada. Tenés que ir tranquilo y llegar, punto. Los accidentes son por apuro o por distraccion, y te comés un garrón de la puta madre.

No son frecuentes los casos de accidentes en el Talp, aunque por supuesto hay registros. En La Plata un 338 protagonizó un choque triple en 2015, y en Burzaco cayó en una zanja inundada en 2014. Tampoco abundan los robos a choferes y pasajeros, pero el año pasado los colectiveros hicieron huelga luego de que balearan en la mano a un compañero en la rotonda de Alpargatas. La zona Oeste tiene fama de “picante”, pero el Talp mantiene desde hace 60 años el mismo recorrido.
—A mí por suerte nunca me pasó nada. Tenés que tener mala suerte —. Precisa Adrián—. Y mirá que es una zona jodida eh, pero a los colectivos se los respeta, saben que somos laburantes. Aunque siempre hay algún zarpado.

Por su recorrido, sus pasajeros y el estado de la flota, el 338 es una fuente inagotable de anécdotas. Un compañero una vez me contó que viajó junto a un acuchillado que iba al hospital de Gonnet. El asiento quedó empapado en sangre pero el micro siguió viaje.
—No me olvido más la vez que subí a una pareja y a las diez cuadras subió el marido de la mujer. —Adrián cuenta con una sonrisa— Tuve que parar a un costado y separarlos ¡porque se mataban acá arriba eh! Al final la pareja siguió viaje y el tipo quedó abajo. Pobre cornudo —menea la cabeza, en negación—.

También hay muchos personajes que suben con frecuencia. En La Plata, por la zona de Plaza Italia, siempre sube una señora de unos cuarenta años, con la cara arrugada y ropa harapienta que habla incoherencias sola. Sus temas de conversación son una mezcolanza de pedos, política, plata y chicos.

En Twitter, alguien creó una cuenta llamada “Experiencia Talp”, donde cuenta brevemente situaciones cotidianas que interpelan al colectivo. También hace retweet a las historias de terceros, que lo esperan hace rato, no pueden creer que viajan sentados, o descubren una familia de cucarachas viviendo entre los asientos. 

Actualmente las carrocerías para las unidades las fabrica “Italbus”, una empresa que carroza varias líneas urbanas. No siempre fue así, entre 1978 y 1985 la empresa Transporte Automotor La Plata también se dedicó a carrozar sus propios vehículos. Le compró la utilería a “Oncecar”, y estableció “Platacar”. Así comenzó a diseñar sus propios vehículos, y patentó dos modelos distintos que destacaban del resto de los colectivos. Un detalle característico era el parabrisas, que parecía estar mal encajado.


Mi viaje continúa por el centro de Hurlingham. Locales comerciales cerrados y restaurantes abiertos. Letreros poco luminosos y casas de uno o dos pisos. El Talp se escabulle por la diagonal, avenida Vergara, que me hizo acordar al camino Belgrano. Después de un par de kilómetros se convierte en la famosa Ruta 4, y pasa al lado de un gran Carrefour. 

El paisaje es un patrón que se repite. Atraviesa la zona comercial de los barrios, luego cuando se aleja un poco, aparecen las fábricas y empresas pequeñas. Abundan las distribuidoras, los mayoristas y los frigoríficos. Grandes galpones en predios enormes y poco iluminados. El Talp es el transporte de sus trabajadores y obreros. Después, algún descampado, reserva natural o campo; y otra vez zona de comercios.

La autopista del acceso oeste es el límite entre Hurlingham y Morón. La Ruta 4 continúa, y pasa por el predio del shopping Jumbo. Después abandona el camino de cintura para entrar al centro comercial de Morón, que es más grande. Las casas se convierten en edificios de departamentos, los locales son más espaciosos y hay más tráfico y peatones. Es en este punto donde el colectivo comienza a llenarse y se agotan los últimos asientos.

Una pareja que venía a los besos se baja entre Morón y La Matanza, y entran a una casona de neones llamada Horóscopo. Es uno de la seguidilla de albergues transitorios de la zona. La luz ultravioleta del micro incentiva a los fogosos. En la parada siguiente sube un travesti. El Talp atraviesa villa cariño de la zona oeste.

Al abandonar Morón, el 338 retoma la Ruta 4, transformada en doble vía y se encamina hacia San Justo. Otra vez aparece un Carrefour y un Sodimac a la orilla de la via, y más adelante, en el límite con La Matanza, hay un Walmart. Pero el supermercado más simbólico está en Cracova, unas cuadras más adelante. Allí, donde ahora se yergue un centro comercial, supo estar el Regimiento de La Tablada, donde una mañana de enero de 1989, un grupo de guerrilleros tomó a la fuerza el cuartel. Con la orden de recuperarlo, las tropas militares iniciaron un enfrentamiento que dejó 43 muertos. Las imágenes y archivos muestran cómo el barrio vio circular ese día tanques y cuadrillas del ejército, que finalmente derrotaron a las fuerzas paramilitares. Ese fue el último episodio de enfrentamientos militares en nuestro país.

Un inspector sube, acompañado por un aprendiz. Desde que se implementó la SUBE nunca había visto uno. Visten igual que siempre: camperón de la empresa, pantalón de vestir y zapatos; pero ahora tienen un aparato novedoso. En vez de pedir los boletos, el “chancho” pide la tarjeta, y la apoya a un costado de su dispositivo, que parece un posnet.
—Acá te marca un código, ¿ves? —le señala al aprendiz, que con un papel en mano revisa. —Este va hasta Varela.

El papel que el aprendiz tiene en la mano es una tabla con valores, que según entendí la explicación del inspector, indica hasta donde viaja el pasajero. Yo me pregunto cómo controlan si no hace más recorrido. En realidad, el aparato marca si el pasajero pagó o no el boleto; si no lo hizo lo hacen bajar y le corresponde multa. Pero todos los que están, pagaron. El inspector y su asistente terminan de controlar, se sientan y se suman al viaje.

A continuación, el Talp cruza la Autopista Riccieri, y atraviesa un enorme descampado donde hay una pista de aviación y un club de golf. Las casas nuevamente son bajas, y están mal iluminadas. El estado del camino es malo, tiene pozos y baches. En la parte de atrás, vamos a los saltos.

Marcos es un operario de una empresa de logística. Se sienta al lado mío, y entrecierra los ojos. Es gordo, y entra incómodo en el asiento. Tiene el pelo enrulado, sucio, y la ropa llena de manchas de aceite. Como no logra dormirse me busca charla.
—Siempre me cuesta dormir. Debe ser el miedo a pasarme de largo.
—Yo también tengo ese miedo —le confieso—. 
—Ya me pasó varias veces, es un garrón.
—¿Hasta donde vas?
—Llavallol
—Ah, cerca. Yo voy hasta La Plata —agrego.
—Una vez me quedé dormido y me desperté en La Plata. Un garrón.
—¿Y qué hiciste?
—Me pagué un hotel, ni en pedo me volvía.

Quedarse dormido en el Talp puede implicar hacer dos o tres horas más de recorrido, y tener que volver otras tres.

Después de Llavallol, la Ruta 4 hace una gran curva y enfila hacia el este, hacia Florencio Varela. Ya van dos horas y media de viaje, es casi medianoche y la marcha es intensa. El hombre de la estación tenía razón. A esta hora casi no hay necesidad de parar, y eso agiliza el recorrido.

En Florencio Varela comienza el Camino General Belgrano, y el Talp rumbea nuevamente hacia el sur. La rotonda de Alpargatas, bajo la Autopista Balbín, es el lugar donde desciende la mayoría de los pasajeros. El resto continúa, a sabiendas de que al largo viaje le queda poco recorrido.

La oscuridad absoluta es el Parque Pereyra Iraola, lugar de la academia de policía Juan Vucetich. El camino se interna entre los árboles que se convierten en quintas a partir de Villa Elisa. Una chica que viaja en el fondo y no para de charlar con una amiga sobre los problemas que tiene con el padre de su hija reconoce el lugar.
—¡Mirá, ya falta poco! Bah, poco... una hora más o menos —. Le comenta a su amiga.

El Camino Belgrano es la ruta lenta y paralela a la ruta rápida, el Camino Centenario. Sus semáforos, su único carril y la densidad del tráfico demoran, durante el día, cuarenta minutos un trayecto que a esta hora de la noche el Talp hace en veinte. Después, el micro entra a La Plata por avenida 13 hasta 44, y se dirige a la terminal, donde termina mi viaje, pero no el del micro que continuará hasta los galpones de 17 y 72.

La madrugada encuentra a la terminal semivacía. Un solo micro aguarda en las plataformas de larga distancia, y un Costera está estacionado en las plataformas interurbanas. Un puñado de personas espera en los bancos metálicos del medio, y otro par hace fila en la parada del Talp, que con frecuencia disminuída continúa circulando toda la madrugada. 

Las boleterías están cerradas, las luces de la confitería están apagadas, y el lobby silencioso. En la entrada a los baños está sentado un empleado de limpieza. Afuera, los taxistas fuman en ronda y conversan mientras aguardan algún pasajero. Es casi la una de la madrugada; el viaje duró poco más de tres horas, atravesó veintiséis barrios y localidades, cruzó tres autopistas y pasó más de diez rotondas, en poco más de 120 kilómetros. Respiro aliviado y empiezo a caminar a mi casa, con las nalgas dormidas. No me quejo, tuve suerte, hice el recorrido en tres horas, lo que de día habría tardado cinco. 

16 agosto 2017

LA FOTO DE TAPA




Casi dos semanas después de la represión de Gendarmería en el Pu Lof Mapuche de Cushamen, Santiago Maldonado sigue desaparecido. El reclamo se hizo nacional hace más de una semana, sin embargo aún no hay novedades de su paradero. Tres testigos lo ubican en el lugar, y confirman que lo llevó la Gendarmería, aunque la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich haya dicho lo contrario.

En Capital, como en todo el país, hay pintadas y carteles que piden por su aparición. Sin embargo, mandan a taparlos. ¿Metáfora, ironía o cinismo?

14 agosto 2017

UN PASO HACIA OCTUBRE

Se desarrollaron unas nuevas elecciones primarias, donde votó el 73% del padrón y presentó un claro panorama de cara a las elecciones generales de Octubre. Cambiemos y Unidad Ciudadana se disputaron el país y Buenos Aires. En Capital, arrasó el oficialismo.






El escrutinio de las PASO 2017 tuvo un desarrollo de embudo, que comenzó de forma ágil, entre el asombro y amplio triunfo de Cambiemos y finalizó con un avance a cuentagotas que se frenó faltando 5% a las cuatro de la madrugada, en un "empate técnico" entre Esteban Bullrich y Cristina Fernández de Kirchner en la categoría más fuerte: Senadores de Provincia de Buenos Aires. Una vez más, el bochorno se impuso a la transparencia y dejó abierto el desenlace que se conocerá recién en 15 días, con el conteo definitivo.

Cambiemos y el triunfo nacional


El oficialismo ganó estas primarias, por la consolidación que mostró a nivel nacional. Fue, sin dudas, la primera fuerza en todo el país, y ganó 10 provincias -sin contar Buenos Aires-. Pese a un arranque de gobierno difícil para Mauricio Macri, con un fuerte conflicto social y crisis económica, pudo mantener un importante colchón de votos.

El ajuste que propició, el pésimo 2016 en materia económica y social, los índices que mostraron un aumento en la pobreza, una baja en la producción industrial, y el descontento de gran parte de la sociedad con las medidas tomadas por el ejecutivo fueron el golpe más grande a la campaña de Cambiemos, que puso a Esteban Bullrich y Graciela Ocaña como referentes en Buenos Aires, y a Elisa Carrió en Capital Federal. 

La campaña de Bullrich fue pésima. Plagada de discursos mal memorizados, expresiones muy poco afortunadas (el "más chicos presos" como logro fue la peor, en un poco feliz ranking) y ridículas (el corazón que late y dice "sí, se puede") le bajaron varios puntos a su imagen. Allí, cuando parecía una mala idea haberlo puesto de candidato, surgió la figura de María Eugenia Vidal: la verdadera gran ganadora de las PASO. La Gobernadora de la Provincia, que con muy poco mejoró la cuestionada gestión de Daniel Scioli, se puso la campaña al hombro y habló como lo debería haber hecho el candidato. Un cruce en el Prime Time de América con Brancatelli despertó el espíritu del partido que venía golpeado por los baches de Bullrich y la desaparición de Santiago Maldonado por la Gendarmería Nacional. Aunque termine en empate, o pierda por un par de puntos, el objetivo de Cambiemos se cumplirá en Buenos Aires: que Cristina no tenga una amplia mayoría.

Y el panorama hacia las presidenciales de 2019 es aún más alentador: Si el Kirchnerismo tiene una crisis de candidatos, el Macrismo pisa fuerte: María Eugenia Vidal es hoy la política con mayor imagen positiva y una candidata firme a la renovación de Cambiemos. A ella se suma Elisa Carrió, que arrasó en Capital Federal con el 44% de los votos. Y el mismo presidente, Mauricio Macri, podría ir por la reelección si culmina un buen mandato.

Cambiemos depende de Cambiemos. Si realiza una gestión que no hunda al país, que no altere el orden social, tendrá media reelección en el bolsillo.






Cristina y Unidad Ciudadana


La campaña de Cristina Fernandez de Kirchner fue prácticamente nula desde que anunció su candidatura, en lo que significó la vuelta a la vida política por parte de la ex presidenta. En el marco de "la grieta", y el alto nivel de antikirchnerismo en el país, prefirió hablar vía redes sociales y hacer un sólo acto oficial, en el estadio de Arsenal -que también fue su búnker-. Después se mostró recorriendo industrias en crisis, y dialogando con trabajadores despedidos.

En los medios, Cristina tuvo una crítica feroz y constante. Exceptuando a C5N y Página 12 que apoyaron a la ex presidenta, el resto de los principales canales y diarios publicó y transmitió constantes denuncias de corrupción que la vinculaban a ella o a sus ex funcionarios.

La estrategia de disolver el Frente Para la Victoria y refundarse con Unidad Ciudadana supuso una renovación que apostaba a dejar atrás los "candidatos de siempre" sobre los que pesaba mala imagen: Luis D'Elia (se presentó con un partido propio que sacó apenas 15.000 votos, el 0,17%, y no presentó candidato a Senador), Aníbal Fernández, Daniel Scioli (figuró en la lista como 5to candidato, apenas un nombre para quien fue cara y derrota del FPV en las presidenciales). En su lugar, apostó por  Jorge Taiana como compañero de fórmula para Senadores, y Fernanda Vallejos junto a Roberto Salvarezza como principales candidatos a Diputados. En Capital, Cristina mantuvo al siempre fiel -pero perdedor- Daniel Filmus, junto al ex Aerolíneas, Mariano Recalde que compitieron y le ganaron a Guillermo Moreno, otro candidato con mala imagen.

A nivel país no hizo una buena elección, pocos candidatos conocidos y sin listas en varias provincias, quizás el golpe más duro -aunque esperado- se dio en Santa Cruz, donde luego de 26 años se impuso una lista distinta al Kirchnerismo: Cambiemos aplastó 45 a 29 al Frente para la Victoria, en medio de la crisis económica y social que vive la provincia gobernada por Alicia Kirchner. Sin embargo, aún así pudo triunfar en Catamarca, Chubut, Formosa, Misiones, Río Negro, San Juan, Santa Fe, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Tucumán. 10 de 24 provincias -sin contar Buenos Aires- eligieron al kirchnerismo o a un aliado. La mayor victoria, fuera de la provincia, es Santa Fe: gobernada por el oficialismo, Agustín Rossi consiguió la victoria en la interna del Frente Justicialista, que ganó por menos de 10.000 votos a Cambiemos. En Capital Federal, Filmus perdió de forma contundente contra Cambiemos, donde Elisa Carrió era candidata: apenas pudo sacar 16% de los votos contra el 44% de Lilita.

En Buenos Aires la elección siempre es particular. Es la provincia con más electores, el partido con más electores y el centro de la disputa electoral. Quien gane en Buenos Aires, difícilmente pierda la elección. Y, hasta ahora, es "empate técnico", aunque la vencedora en mi opinión es Cristina Fernández de Kirchner: pasó de perder por 5 puntos en los primeros números oficiales de las 21:00 horas, a perder por 0,08% de los votos a las 4:00 de la madrugada, cuando el escrutinio se detuvo en 95,68% con datos faltantes de distritos clave.

A Cristina muchos la dieron por muerta política, sin embargo esta elección demostró que ella y su núcleo duro de votantes (no baja del 30%, un tercio del electorado) son la principal oposición a Cambiemos en todo el país. En lo personal, no la contaría como "muerta política", aunque no se ve un resurgimiento del kirchnerismo para llegar a la presidencia en 2019, sobre todo porque salvo Agustín Rossi, el resto de sus candidatos más fuertes no pudo vencer. La gran pregunta que queda es ¿podrá remontar un par de puntos de cara a Octubre, y conseguir un triunfo algo más contundente? no parece. El 15% del Massismo probablemente no se mueva a Unidad Ciudadana. Y los que quedaron fuera de la carrera legislativa estas PASO no mueven la aguja.

Otra lectura es el declieve de votos de Cristina como candidata: 8.6 millones (45%) en 2007 la catapultaron a la presidencia, que renovó en 2011 con 11.8 millones (54%). Esta vez, aunque en número la disminución fue lógica por presentarse como candidata provincial y no nacional, sacó poco más de 3 millones (34%). No parece suficiente apoyo para una ex presidenta que aplastó en su reelección, que dejó el mandato a plaza llena y que a duras penas pudo superar -si se confirma la tendencia en 15 días- a un Ministro de Educación en la elección. Proyectando a 2019, no es alentador el panorama para el kirchnerismo, flojo de candidatos: no tuvo esta elección un caudillo que mueva la aguja a su favor más que la propia Cristina. Fernanda Vallejos le restó, Taiana no sumó, y el resto parece ser más plomo que boya. Enfrente tendría a Vidal, a Carrió y al propio Macri, tres pesos pesados de Cambiemos.

Un país que no llega al 20%


Desde que cortó el cordón umbilical que lo ataba al kirchnerismo, Sergio Massa supo instalarse como "la alternativa" a Cristina y Macri. El tercero en discordia se alió a Stolbizer, otra que se mostró como tercera opción. Sin embargo, entre ambos apenas sumaron el 15,53% de los votos bonaerenses, suficientes para mantener su tercera fuerza nacional, pero muy lejos de aspirar a ser un partido dominante, y por debajo del 21% que consiguió en las presidenciales 2015 (24%, si se suma lo de Stolbizer).

Para mí no hay dudas: Sergio Massa y Margarita Stolbizer es la fórmula perdedora de las PASO. Massa apenas pudo imponerse en Tigre, su distrito, por 700 votos; y Stolbizer, una figura de peso en el ámbito nacional, tampoco pareció mover la aguja. Sin embargo, pese a la mala elección general, el 15% de votos en la Provincia de Buenos Aires y otro tanto similar en el resto del país convierte a 1País en un atractivo y potencial aliado de cara a 2019. Ya se habla de intentos del oficialismo por acercarse a Massa, y del Peronismo -hoy dividido- para hacerlo líder -la otra opción que se baraja es Juan Manuel Urtubey; su frente ganó por 10 puntos en Salta-.

Solo, Massa no tiene un margen mucho mayor. Pero como posible aliado, seguramente es el que todos se van a disputar de cara a 2019.

Sube la izquierda


El Frente de Izquierda y de los Trabajadores logró 3,62% en la Provincia y 3,76% en Capital para cerrar otra buena elección. Sin embargo, si se juntaran en CABA los distintos grupos de izquierda que se presentaron con diversos frentes el número superaría el 12%. El futuro del FIT es el electorado joven -en su mayoría universitario- que reúne, además de mostrarse en la lucha junto a los trabajadores despedidos en el último tiempo. Nicolás del Caño y Myriam Bregman son los principales referentes de la izquierda, quizás la rama política más fiel a sus convicciones y por eso tan dividida: el PO, el PTS, el PST, el MAS y todas las facciones no logran una alianza porque no ceden en las diferencias.

Verguenza Online


Una vez comenzado el recuento de votos a las 18:00, y más aún con los primeros datos oficiales a las 21:00 la sorpresa se apoderó de todos: Cambiemos lograba 5 puntos de diferencia en Buenos Aires, y ganaba en la mayoría de las provincias del país. El búnker del oficialismo salió a festejar el amplio triunfo, que decretaba la muerte política de Cristina Ferández de Kirchner.

Sin embargo, a medida que avanzaba el recuento, la diferencia se reducía de 6 puntos a 4, 3... y mientras Cristina se acercaba, los datos comenzaban a escasear. Lo que comenzó a buen ritmo, con el 50% del escrutinio cargado en la página oficial: resultados.gob.ar continuó de forma más lenta hasta avanzar a cuentagotas: a las 2:00 AM faltaba el 7% del conteo y Cristina había acortado la diferencia a 0,6%. A las 4 de la mañana el escrutinio quedó en 95,68% en la provincia de Buenos Aires, donde aún falta un amplio porcentaje de votos de distritos clave -La Matanza, por ejemplo-, y Unidad Ciudadana quedó a 0,08% de votos de Cambiemos. "Fue un empate técnico" declaró Adrián Pérez, de la Cámara Nacional Electoral, y dijo que se resolverá en 10 días, cuando estén los escrutinios definitivos.

Desde el búnker de Cristina se declararon ganadores y salieron a festejar ya entrada la madrugada, con fuertes críticas al manejo de la carga. Dicen, que hubo una manipulación de los datos para que los diarios del lunes tengan en tapa el festejo del amplio triunfo de Cambiemos, como era hasta la medianoche.

Manipulación o no, lo cierto es que la carga de datos volvió a fallar y a retrasarse, obligando a los periodistas a trabajar más horas, manteniendo en vilo el resultado hasta último momento, confundiendo a quienes se fueron a dormir con un resultado y amanecieron con otro, y volviendo más tedioso todo el asunto. Ya había sucedido algo similar en 2015 y en 2011, sin embargo es la primera vez que sucede con Cambiemos como gobierno. De hecho, el propio Esteban Bullrich había criticado vía Twitter el retraso en los datos oficiales "4 horas, 9 minutos. En Angola ya estarían el 25% de las mesas. Angola eh, la de la vaca que no da leche..." publicó el 9 de Agosto de 2015 a las 22:09 en su cuenta oficial. 

Una verguenza online que esperemos no se repita en las elecciones legislativas de octubre próximo.