24 agosto 2017

EL PROYECTO MATOSAS

Por Blas Bonafini - @BlasBonafini


Estudiantes ya entró en competencia: a pesar de que el lunes debuta en la SúperLiga ante Arsenal como local, el Pincha comenzó antes por disputar la Copa Sudamericana. Al frente de su primera pretemporada, Gustavo Matosas tuvo que rearmar el plantel, en un maridaje que contempla experiencia con juventud. 


Ante la partida de Nélson Vivas y el episodio ocurrido con Lucas Nardi, la calma llegó a City Bell con el arribo del uruguayo -nació en la Argentina pero vivió desde chico en Uruguay- Gustavo Matosas, un técnico con experiencia, de carácter y con el fuste necesario para dirigir a Estudiantes.

Rápidamente entró en acciones al dirigir al Pincha en los 16avos de final de la Copa Sudamericana, instancia que superó ante Nacional de Potosí para medirse con otro Nacional: el de Paraguay. Un final de campeonato del León con Leandro Benítez en el banco, unas cortas vacaciones y Matosas ya entró en acción.

Él y su cuerpo técnico se caracterizan por involucrarse al máximo en los entrenamientos; ser incisivos y detallistas en las prácticas y en los conceptos que se intentan volcar. Gustavo Matosas arribó a Estudiantes por el conocimiento y la ligazón que lo unía con el presidente del club, Sebastián Verón. En el arribo del DT, confesó que en más de una ocasión había dialogado con Verón de fútbol, por lo que las negociaciones no tardaron en llegar a buen puerto.

Entre los pergaminos de Matosas, un director técnico que dirigió a catorce equipos antes de arribar a Estudiantes, se encuentra el bicampeonato obtenido con el León de México -justo un león-, y la conquista de la Liga de la CONCACAF con el América, también mexicano. 

A la hora de las consultas y las recomendaciones, fue Mauro Boselli, campeón de la Copa Libertadores con Estudiantes en el 2009, quien dio el visto bueno para la contratación de Matosas. 

El plantel, entre el éxodo y las caras nuevas


La plantilla de Estudianes mutó muchos apellidos respecto a la temporada anterior. A varios jugadores se le vencieron sus préstamos y no fueron renovados, sumados a las ventas millonarias de dos juveniles con pocos partidos en primera que hicieron que el mercado de pases se le presente movido al Pincha, con muchas bajas pero también muchas caras nuevas. En total se fueron siete jugadores titulares: Matías Aguirregaray al Xolos de México, Juan Foyth vendido en 12,5 millones de euros a Totenham -en lo que es la venta más cara de Estudiantes-, Santiago Ascacibar vendido en 10,5 millones de dólares al Stutgartt alemán, Augusto Solari a Racing, Juan Cavallaro a San Lorenzo, Lucas Viatri a Peñarol y Javier Toledo al Sol de América.

Antes de que finalice el torneo se le había comprado el pase a Facundo Sánchez, y las incorporaciones llegaron en demasía: entre los más resonantes están Gastón Fernández y Mariano Pavone, ambos marcando un nuevo ciclo en el club. Con la llegada de refuerzos, Estudiantes contará con varias opciones para el mediocampo, en la zona de gestación de juego, pero pocos hombres de recuperación de pelota y una falta de relevos en la defensa, a pesar del arribo de Gastón Campi.


El desafío de la doble competencia


Con el inicio del SúperLiga y en Octavos de final de la Copa Sudamericana, el Estudiantes de Matosas encarrilará los objetivos apuntando a una vigente doble competencia. En el torneo el debut será ante Arsenal, en donde se irán perfilando los nombres que el técnico intentará que salgan de memoria. En la copa, el Pincha tropezó en Paraguay y cayó con Nacional, aún con una llave abierta por resolverse. 

¿Qué intentará diseñar Matosas? En principio un equipo con buen trato de la pelota, verticalidad y presión sobre la salida del rival. Si recupera a Gastón Fernández, el último jugador que supo abastecer de juego a Estudiantes -después de él ni Juan Cavallaro ni Lucas Rodríguez pudieron hacerlo-, el Pincha tendrá más dinamismo y creatividad. A la “Gata” se le suma uno de los refuerzos: Christian Alemán, que mostró sus cualidades en Barcelona de Ecuador, para que Estudiantes disponga de variantes. En la delantera, ante las partidas de Toledo y Viatri, Mariano Pavone querrá hacerse cargo de los goles del equipo, más lo que pueda aportar Lucas Melano, otra de las caras nuevas. 

Las mayores dudas pasan entonces por la defensa: la venta de Foyth dejó a la última línea con pocas variantes, con Schunke y Desábato como los centrales titulares y Bazzana y Campi como las alternativas más viables. A simple vista, y con la disponibilidad de hombres de ataque, el entrenador podría inclinarse por un equipo más ofensivo, utilizando un 4-2-3-1 o un 4-3-3, sabiendo que Dubarbier y Sánchez ofrecen más rédito como volantes que como defensores. 




Matosas se considera especializado; remata con ambos perfiles, habla y explica con argumentos, y se confía un técnico pulcro y capaz para tomar el mando de Estudiantes. En el mientras tanto, la vara de un equipo que terminó tercero en el torneo quedó elevada, junto al paladar albirrojo de la sensación que significa disputar torneos internacionales. En marcha está, el proyecto Matosas.

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