08 agosto 2017

SANTOS TRABAJADORES

A modo de reactivación del Blog, y con motivo de la próxima fecha santa, una crónica sobre la celebración del día de San Cayetano el año pasado en Liniers, donde más fieles se congregan en todo el país.

(Foto Agencia DyN)
           (Foto Agencia DyN)

El lejano Oeste en Capital Federal es Liniers. Un barrio de casas bajas y abundantes comercios de todos los rubros, sede del mercado central que es el corazón del barrio, muy concurrido por el precio de los productos. La Parroquia de San Cayetano está cerca de la estación de tren, casi en la rotonda que divide las autopistas General Paz y Perito Moreno. Allí es donde cada Agosto se celebra oficialmente el día de San Cayetano.

Es un edificio antiguo de estilo romano, con un pequeño patio delantero tras la reja del frente. Allí hay una estatua de San Cayetano. En el centro se yergue un campanario que termina en punta con una cruz. El edificio se extiende sobre ambos costados que llegan hasta la vereda. Las iglesias católicas por dentro son todas muy parecidas: un enorme salón con filas de bancos de madera bien lustrados y un pasillo en el medio; un altar de mármol al fondo, con un atril de madera bajo una figura de Cristo crucificado; el techo muy alto y el lugar bien iluminado por enormes ventanales con mosaicos de colores, cada uno en alusión a un hecho histórico religioso.

Esta en particular tiene un recorrido sobre uno de los costados, que lleva hasta la estatua del patrono
del trabajo empotrada a la pared y protegida por un cristal. Alrededor de la iglesia se montó todo un operativo. Se colocó un vallado en la calle Cuzco, se armó un escenario en la entrada a la parroquia donde se llevarán a cabo las misas y bendiciones, y se establecieron varios puestos improvisados con tablones, caballetes, mantas y toldos. Allí se venden toda clase de santerías. También hay puestos de kiosko y comidas, y humeantes parrillas al paso. Los negocios del barrio también están abiertos.

La misa oficial es el domingo a las once de la mañana, pero las puertas de la iglesia para visitar al Santo se abren la medianoche anterior. El clima no espanta a los fieles, que pese al frío acampan y hacen dos filas en la entrada desde el viernes. Una para entrar a la iglesia y rezar, la otra para ver a San Cayetano y tocar su imagen. A la cabeza de la fila para ver al santo siempre está Delia, una jubilada de 74 años, que cada aniversario espera ansiosa la medianoche para ingresar de rodillas al santuario y recibir la bendición del santo. Esta vez, ayudada con un andador por su delicada salud.


Aunque la celebración oficial es en Agosto, la Parroquia de San Cayetano está abierta todo el año, y realiza fiestas mensuales los 7 de cada mes para los fieles que quieran ir a participar, pedir o agradecer. Son jornadas similares a la fiesta grande, pero con menor concurrencia.



La multitud se extiende por el empedrado de la calle Bynon, continúa por la avenida Alvarez Jonte y va más allá del estadio del club Vélez Sarsfield. En total son más de diez cuadras de fieles, todos abrigados con camperas y bufandas o gorros. Muchos de ellos sostienen estampitas o estatuillas de San Cayetano. También abundan las tradicionales espigas bendecidas, y por supuesto las velas. Para amenizar la espera, muchos juegan a las cartas, conversan en grupos, rezan o entonan cánticos religiosos. Muchos están equipados con reposeras, viandas, mochilas y equipos de mate.

Pocos fieles llegan en auto y nadie lo hace en un BMW. Tampoco es conveniente por el poco lugar para estacionar. La mayoría usa las distintas alternativas de transporte público, o bien se organizan en grandes grupos y alquilan viejos micros escolares, los de color naranja. Liniers no es el único lugar donde se celebra, de hecho se conmemora en todas las ciudades, pero es la tradición y donde más gente se congrega; por eso los creyentes se movilizan desde varios puntos, algunos más de 500 kilómetros.

Paz, Pan y Trabajo


Los católicos creen en varios santos y a cada uno le atribuyen un don. San Cayetano es el patrono de los trabajadores; él es el que oirá los pedidos de los desocupados e intercederá ante Dios para que puedan conseguir trabajo. Paz, Pan y Trabajo, ese es el pedido que hay que hacerle.

Una mujer petisa y gorda, de unos cuarenta años reza un rosario en la fila para entrar a la iglesia. Se llama Marta, es empleada doméstica, y llegó desde Magdalena.
—Vengo a agradecer por mí, y a pedir por mi hermano —sonríe— Conseguí trabajo gracias a San Cayetano el año pasado, y gracias a Dios hoy no me sobra pero tampoco me falta.
El hermano se llama Mario. tiene la misma cara morocha y redonda, con una nariz ancha y
labios gruesos, pero es más alto y flaco.
—Trabajaba en la municipalidad como barrendero, pero se me terminó el contrato —agacha la cabeza— No vengo a pedir que me regalen nada, no pido plata, pido un trabajo para ganarme el pan con dignidad —asiente orgulloso.
El trabajo dignifica. Eso creen los fieles que le piden o le agradecen a San Cayetano. No piden ser gerentes de un banco, o dueños de una empresa, tampoco un cero kilómetro. Vienen hasta Liniers en busca de un empleo digno.
—San Cayetano siempre cumple. Yo vengo desde el '97 que me quedé sin trabajo, desde ahí siempre conseguí una changa y no me falta la comida —continúa Mario— A veces se está mejor, a veces peor, pero siempre sale algo. Y todos los años renuevo los votos.

Como el día no es feriado, muchos fieles faltan al trabajo para agradecerle al patrono. Este año tocó un domingo, lo que aumentó la asistencia de los agradecidos.
—Es un poco una contradicción faltar al trabajo para agradecer que lo tenés —reflexiona Marta— Mis patrones por suerte siempre me dan el día, pero esta vez no hizo falta pedirlo. Muchos también se sumaron por eso, sino van al trabajo.
El número de peticiones también creció. La ola de despidos luego de la trancisión de gobierno en Diciembre de 2015 dejó a muchos desempleados que todavía no han podido conseguir un puesto laboral.

Patrono del merchandising


Los comerciantes también llegan desde varios puntos de Capital Federal y el Conurbano y establecen sus puestos a lo largo de toda la fila. Le ofrecen a los creyentes todos los productos posibles. Los más solicitados son las espigas y las estampitas con las imágenes de San Cayetano, el Papa Francisco y la Virgen María; pero también hay colgantes, llaveros, calcomanías, estatuillas, velas. Son puestos improvisados, tablones con caballetes y un mantel sobre el cual se posan los artículos.

Así como hay puestos de santería, también los hay de ropa. Por la estación del año, bufandas, gorros, ponchos y toda clase de abrigos. También se venden comidas calientes y frías, puestos de café y facturas. El barrio se llena de olor a asado con las parrillas que humean mientras se cocinan los choripanes y la carne para hacer sándwiches.
—¡Mirá si no va a ser cierto que San Cayetano da trabajo! —Alberto, parrillero, sonríe mientras corta un pan— Con lo que vendo hoy hago una diferencia —Se detiene a pensar— Calculá que vendo más o menos unos cien, ciento veinte choripanes hoy. A treinta pesos cada uno, sacá la cuenta.

Como él piensa cada uno de los vendedores, que aprovecha la ocasión para hacer unos pesos. Muchos incluso no son fieles.
—Acá hay de todo. Yo soy creyente, pero hay muchos que no y vienen a vender. Saben que venden —Le entrega un choripán a un cliente y continúa— Y está bien, si la gente compra está bien.
Juana tiene un puesto de santerías muy completo. Está instalada sobre la vereda, con un toldo de feria Le sonríe a la gente cada vez que le entrega un ramo de trigo a cambio de diez pesos. Con algunos, se queda conversando un rato.
—Me compran porque me conocen. Imaginate que estoy hace diez años.
Las ventas varían año a año, según la concurrencia, el entusiasmo y la billetera de la gente. En los años '90 Liniers recibía a casi setenta mil personas. Ese número fue bajando hasta llegar a veinte mil, el promedio de los últimos años.
—Este año hay más gente que el año pasado —asegura Juana— Pero yo vendí más o menos lo mismo.

San Cayetano siempre cumple con los vendedores. En un día recaudan lo mismo que en una semana normal como ambulantes. Algunos incluso compran artículos al por mayor para revender sólo este día. Los comercios del barrio no se lo pierden por nada en el mundo.

La celebración


A las cero horas del domingo revientan en el cielo los fuegos artificiales y repican las campanas que anuncian el comienzo de la celebración y la apertura de las puertas del santuario. Delia es la primera en entrar, mientras los curas bendicen a los fieles que están en la calle.

El ingreso y recorrido hasta el santuario de San Cayetano es constante. Entran con flores, velas, estampitas y rosarios. Después, van al salón principal o salen por el otro extremo y se quedan en la calle, a la espera de la misa.

Unos voluntarios se encargan de mantener el orden. Son vecinos, fieles y sacerdotes, vestidos con pecheras amarillas. Alcanzan agua potable, ordenan las filas y controlan que no haya desmanes, aunque esto último es innecesario.

Mario Poli es el Cardenal encargado de oficiar la misa. Es un viejo sacerdote, flaco y canoso, de cara alargada y nariz puntiaguda. A las once de la mañana, vestido con una sotana blanca, un fajín rojo y una tiara con una cruz, se acercó hasta el escenario montado en la vereda y comenzó la prédica. Este año, Poli leyó un mensaje enviado por el máximo representante católico, el Papa Francisco. Luego brindó él unas palabras a los fieles que lo escuchaban atentamente y terminó con una oración y un cerrado aplauso por parte de los devotos. Finalmente se acercó hasta el vallado donde hacían fila y los bendijo con agua bendita.

San Cayetano de los militantes


Este año llegaron hasta Liniers varios grupos con pecheras y banderas. Organizaciones barriales o agrupaciones políticas que fueron a pedir trabajo y luego movilizaron en protesta contrael gobierno de Mauricio Macri. En columnas, marcharon hasta Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno. En total, recorrieron más de 14 kilómetros a pie, de una punta a la otra de Capital Federal.

En Plaza de Mayo los esperó un escenario donde hablaron dirigentes políticos, bajo la misma consigna que los fieles. Pan, paz, tierra, trabajo. La diferencia es que ellos no le piden sólo a un santo, también le piden a Macri.
—Me quedé sin trabajo cuando asumió Macri. Y encima aumentó todo, así no llego a fin de mes —protesta Mario, un desocupado de 42 años que hasta el año pasado fue obrero textil.

La multitud se reunió aparte de los fieles. A las 7 de la mañana ya había un grupo importante. Se sumó gente hasta último momento y a las 9:30 comenzaron la marcha, encabezada por una bandera argentina del ancho de la calle que rezaba “Tierra, Techo y Trabajo”.

Los distintos gremios se distinguían por las pecheras. Celestes las de Barrios en Pie, azules del Movimiento Evita, también mucho rojo. Una multitud de colores a la que se le sumaron las banderas y pancartas, también numerosas. Había también algún bombo y trompeta. La muchedumbre tenía pinta de murga.


Saúl Ubaldini convocó a los trabajadores a marchar durante la Dictadura Militar en 1981 con la consigna “Paz, pan y trabajo”. Se convocaron más de 10.000 personas y culminó con un acto frente a la parroquia de Liniers en lo que fue la primer manifestación contra el Gobierno de Facto. Este año se retomó esa consigna y se sumó “Tierra, techo y trabajo” a la marcha que convocaron Barrios en Pie, CTEP y la CCC.



A medida que avanzaban se sumaba gente. A la altura de Cabildo se sumó un cura, el único que marchó hasta Plaza de Mayo, el resto esquivó la invitación, “para no quedar pegados” según comentaban los militantes.
—La Iglesia nunca se metió en marchas y protestas —explica Pablo, un militante de la CCC— Tampoco ahora que el Papa es Argentino y manda mensajes como el que mandó para este día, con un claro mensaje antimacrista. Si hay algún cura es porque él quiere, no la Iglesia.

En Liniers, no todos estuvieron de acuerdo con la movilización. La Iglesia Católica no adhirió, y muchos fieles fueron críticos con los gremios.
—Mezclan todo —comentó indignada una creyente— San Cayetano no es para hacer política, es para rezar y pedir trabajo o agradecer. Para algunos es más fácil pedir un plan ¿no? —el grupo de mujeres que la rodea, todas mayores, asiente y se suma a la indignación.

El fin de la jornada


Una vez finalizada la misa central, se realizaron otras dentro de la capilla. una por hora, con distintos sacerdotes. Hasta que no se fue el último creyente, las puertas permanecieron abiertas. Con el correr del día la fila se achicó y los puestos se levantaron. La calle Byron fue tomada nuevamente por los vehículos, con los restos de la larga jornada. Papeles, vasos, velas, estampitas y trigos desparramados por el suelo, a la espera de ser juntados por una cuadrilla de barrenderos.

La última misa de San Cayetano se brindó a las once de la noche, y asistieron unos pocos y
pacientes fieles. La estación de Liniers estuvo colmada todo el día. La línea de tren Sarmiento fue uno de los principales transportes de los asistentes, que también colmaron las líneas de colectivo y largas caravanas de micros privados. Para la madrugada quedó vacía nuevamente.

El santuario está abierto todo el año, disponible para los fieles que quieran orar. Pero, como navidad es la ocasión ideal para reunirse con la familia, el 7 de Agosto es el día perfecto para pedir trabajo, o agradecer si se tiene uno. Y si no se consigue, el año próximo la fe y el pedido se renuevan.

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